El Gobierno de Chile reaccionó ayer con cautela ante un nuevo escándalo con Perú, un país con el que siempre ha habido disputas por cuestiones limítorfes.
Ahora Perú acusa a Chile por considerar que el país trasandino contrató a un suboficial de la Fuerza Aérea Peruana (FAP) para que le revelara a los chilenos secretos de Estado sobre planes militares de Perú.
El caso se difundió el jueves pasado. Ese mismo día fue detenido el suboficial peruano de inteligencia Víctor Ariza Mendoza, de 45 años, por denuncias de espionaje. Según publicó ayer el diario El Comercio, Ariza Mendoza hizo en los últimos años "viajes triangulados" a Argentina y Chile para entregar esa información secreta.
La justicia peruana abrió ayer instrucción contra el suboficial por los cargos de revelación de secretos nacionales, espionaje y lavado de activos en agravio del Estado, por lo que puede llegar a recibir cadena perpetua.
Los investigadores tratan de determinar la cantidad exacta de información que supuestamente Ariza Mendoza vendió a Chile, entre la que figura un plan institucional de la FAP hasta 2021.
En este plan se señalan las necesidades y proyecciones de la fuerza aérea en cuanto a personal, aeronaves, aspectos administrativos e instrucciones.
El suboficial también habría entregado algunos documentos vinculados con la demanda por límites marítimos presentada por Perú contra Chile.
"Ariza sería un agente de inteligencia captado por los servicios secretos chilenos", señaló una fuente a El Comercio.
Los investigadores peruanos también tratan de determinar si el suboficial entregó los códigos secretos de comunicación de las embajadas peruanas.
Según medios locales, el suboficial de la FAP detenido por espionaje aceptó haber recibido hasta 8.000 dólares mensuales de dos militares chilenos a cambio de información secreta.
Según el ministro de Defensa de Perú, Ariza Mendoza realizaba sus actividades ilícitas desde "hace un par de años o más. Estuvo destinado en 2003 en (la embajada peruana) Chile".
El caso generó ayer que el Gobierno peruano decidiera llamar a consultas a su embajador en Chile, mientras que el presidente peruano Alan García adelantó su regreso a Lima, sin reunirse en Singapur con su homóloga chilena, Michelle Bachelet. "Chile no espía. Hay que ser muy cauteloso", dijo ayer la ministra portavoz del Gobierno chileno, Carolina Tohá.

