Trasandinos. Héctor Velázquez, Juan Salgado y su esposa, María Martínez, Juan Cox Sánchez y Hugo Alvarez Delgado nacieron en Chile y hoy viven en San Juan. Coincidieron que en su país natal, reclaman contra el modelo neoliberal.

 

Cinco residentes chilenos en San Juan, que llegaron en diferentes épocas y motivos distintos, aceptaron la invitación de DIARIO DE CUYO para expresar cómo viven estos días de rebelión popular en su país natal. Están conectados todo el tiempo informándose de los continuos acontecimientos y también con sus seres cercanos y a medida que van desarrollando sus puntos de vista, hay un consenso generalizado en que los reclamos son sostenidos por una mayoría social frente a un modelo que genera desigualdad y a la clase política.

Hector Velázquez Alvarez arribó a San Juan en 1979 y hoy, con hijos y nietos en este suelo, se siente totalmente integrado.

"Estoy en contra de los actos vandálicos, que no tienen que ver con lo que la mayoría quiere. El fondo del problema es que se reclama un país más equitativo. No se puede hablar de un desarrollo económico si no hay un desarrollo social. Eso fracasó en Chile, y los padres de ese fracaso son la dirigencia política del país".

María Martínez y Juan Salgado también echaron raíces en San Juan, desde 1977, y entienden que la masiva privatización, desde los servicios y transporte al sistema jubilatorio, vivienda y educación "derivó en pobreza y humillación del pueblo. Esta violencia es el resultado de la ceguera del gobierno, que no analiza la raíz del problema. Analiza a los vándalos, que hay en toda sociedad. Pero la mayoría de los que marchan en Chile no son vándalos".

Hugo Alvarez Delgado todavía recuerda, como una anécdota, el granizo que lo recibió en San Juan en noviembre de 1984.

Pero al recordar que la Constitución de su país fue hecha durante la dictadura de Pinochet, no hay comentario risueño. "Es un fraude que no se puede modificar. Y así se presentan innumerables desigualdades y privilegios. Así, el 6 por ciento del presupuesto se destina a Educación y el 10 a las Fuerzas de Seguridad, donde tienen el sistema de reparto para la jubilación".

Juan Cox Sánchez se instaló hace 3 años. "Escucho a los argentinos decir que Chile es una potencia económica y les digo que eso es un mito, un disfraz. Además de una enorme concentración de riqueza en pocas familias, en Chile no hay industria, ni sindicalismo. El chileno promedio tiene que destinar el 70% de su sueldo a pagar deudas".

Por eso coincidieron que son los estudiantes secundarios quienes vuelven a ser la punta de lanza de las protestas, como las manifestaciones de 2006 (conocida como la Revolución Pingüina) y 2011. "Y también la clase media, porque le dijeron que estudiara y trabajara duro para progresar y quien lo hizo, no vio los resultados prometidos", agregó Velázquez. Y es porque son los jóvenes quienes siguen impulsando el cambio de reglas es que ellos ven que podrán encaminarse a una sociedad más inclusiva.

 

Nuevas medidas, siguen las protestas

Aunque la franja horaria se redujo de 22 a 4, ayer en Santiago se decretó por sexto día consecutivo el toque de queda, en otra jornada de protestas sociales y anuncios de medidas del gobierno para apaciguar los ánimos.

La Cámara de Diputados de Chile aprobó ayer en general un proyecto de ley que reduce de 45 a 40 horas semanales la jornada laboral, una medida propuesta por el Partido Comunista y debatida en medio del mayor estallido social desde el regreso de la democracia al país.

En tanto, el presidente Sebastián Piñera envió un proyecto de ley al Congreso para congelar una reciente alza de la electricidad.

Al menos se contabilizan 16 muertos por las revueltas y la Organización de las Naciones Unidas anunció ayer que enviará a Chile una misión especial para investigar actos de violencia institucional y las violaciones a los derechos humanos.