14 de octubre.- Dos jóvenes de 12 y 15 años se cubrieron con sus gorras e ingresaron a robar a un kiosco en Nueva Zelanda. Uno de ellos llevaba un arma con el que amenazó a los vendedores, pero era de plástico. Ambos terminaron escapando con un puñado de golosinas y siendo golpeados con un palo de escoba.

La imagen del chico ingresando con un arma largo causa escalofríos. Sin embargo, era sólo un juguete. Los jóvenes pidieron primero dinero, pero al no recibirlo, decidieron sacar caramelos. Aparentemente, quienes atendían el kiosco notaron que no había peligro y los espantaron.

Fuente: Minuto Uno