En el mundo. Gente de todo el mundo pudo apreciar por televisión la llegada de los astronautas a la Luna.

Enrique Febbraro, un odontólogo, músico y docente de Lomas de Zamora, fue el argentino que hace 50 años se inspiró en la llegada del hombre a la Luna para impulsar la celebración del Día del Amigo, que en una veintena de países latinos se celebra los 20 de julio.

Así lo recordó la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones que destacó la creación de la fecha como aporte de uno de sus integrantes, el masón Enrique Febbraro.

Según un comunicado de esa entidad, Febbraro se había iniciado en una de las logias en noviembre de 1957 y advirtió que había "un mundo sin fronteras en la fraternidad entre los hombres, en el alunizaje realizado por los también hermanos (masones) Neil Armstrong y Edwin Aldrin".

Dos estatuas de los astronautas los inmortalizan "en la entrada de la Gran Logia de Washington", recordó el Gran Maestro de la Masonería argentina, Ángel Clavero.

Febbraro había relatado a su Logia, que su idea de crear el Día del Amigo nació el 20 de julio de 1969, mientras observaba por televisión la llegada de aquellos hombres a la Luna.

La Masonería señaló que el odontólogo y docente se conmovió cuando "Armstrong apoyó su pie izquierdo para descender a terreno lunar".

Antes de que la nave Apolo 11 emprendiera su viaje de regreso, el odontólogo Enrique Febbraro envió unas mil cartas manuscritas a 100 países desde su casa en Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires.

Rápidamente obtuvo 700 respuestas y observó que así había nacido el "Día del Amigo", cuyo lema fue a partir de ese momento "Un pueblo de amigos es una nación imbatible".

"El recuerdo sería ético, sin fines de lucro ni de fomento al consumo", remarcó la masonería.

El Gobierno de la Provincia de Buenos Aires autorizó la celebración y luego se sumaron entidades públicas y privadas de Argentina y naciones de América latina.

Febbraro, quien fue candidato dos veces al premio Nobel de la Paz, falleció en noviembre de 2008.

Télam