El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó en el día de ayer una cuarta ronda de sanciones contra Irán por su controvertido programa nuclear, con el que -potencias occidentales sospechan- busca fabricar armamento atómico. Éstas endurecen las ya existentes y agregan nuevas, entre ellas el embargo de la exportación a Irán de armas pesadas y la vigilancia por transacciones con cualquier banco iraní. Además, incluyen a miembros de la poderosa guardia revolucionaria iraní y a empresas relacionadas con ellos, vinculadas a actividades de proliferación nuclear.
Las sanciones se dieron con el voto a favor de 12 de sus 15 miembros, 2 votos en contra (Brasil y Turquía) y 1 abstención (Líbano). Este proyecto fue elaborado por Estados Unidos y sus aliados, y fue aprobado a pesar de las advertencias de Irán de renunciar a toda negociación atómica si se efectivizaban las penalidades.
La embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice, recordó que la adopción de la resolución no reemplazará el uso de la diplomacia para llegar a una solución negociada con Irán, quien niega las acusaciones occidentales recibidas de estar buscando desarrollar armamento atómico e insiste en que su programa de enriquecimiento de uranio sólo tiene fines pacíficos.
