Las autoridades catalanas ordenaron este sábado el confinamiento de unos 200.000 habitantes en Lérida (nordeste) de España, debido a la multitud de brotes del nuevo coronavirus que registra esta región.
“Hemos decidido confinar la zona del Segrià (alrededor de la ciudad de Lérida), sobre la base de datos que confirman un crecimiento muy importante del número de contagios de COVID-19”, declaró a la prensa el presidente de la región, el independentista Quim Torra, que aseguró que el confinamiento empieza a las 12:00 (10:00 GMT), y restringe las entradas y salidas de la zona.
La zona afectada está situada al sur de la provincia, en el límite territorial con las provincias de Huesca y Zaragoza y agrupa a 38 municipios, entre ellos la ciudad de Lérida. La población de la comarca es de poco más de 200.000 habitantes y tiene 1.400 kilómetros cuadrados de superficie.
Miquel Buch, consejero de Interior del Gobierno de la Generalidad de Cataluña, informó que Segrià dictó una resolución por la que hasta las 16:00 de hoy se permitirá la salida a todas las personas que no tengan su domicilio habitual en alguna de esas poblaciones y la entrada a los residentes que estén afuera. Pasado ese plazo, según recogió El País, se prohibirá toda entrada y salida de vecinos, excepto por motivos laborales. Las restricciones afectarán también al transporte y el comercio.
Buch subrayó que “a partir del lunes será necesario el certificado de autoresponsabilidad y, desde el martes, el certificado de empresa para las personas que hayan de entrar o salir del Segrià para trabajar”. La Consejería de Salud informó este viernes que hay 4.030 casos de coronavirus en la provincia de Lleida, 60 más que en el balance del jueves.
Por su parte, la consejera de Salud, Alba Vergés, pidió “reducir al máximo los encuentros. Es imprescindible reducir la actividad social y están prohibidas las reuniones de más de diez personas. Hace falta reducir los encuentros en sí y el número de personas que acuden a ellos tanto en el Segrià como en toda Cataluña”, manifestó.
Para evitar más contagios, el Gobierno español reforzó desde el pasado miércoles el personal para realizar los controles sanitarios a todos los pasajeros que llegan al país por vía aérea o marítima, que podrán incluir la toma de temperatura, un control de documentos y un control visual sobre el estado del pasajero.
Por otro lado, el Gobierno de la región de Navarra pidió “contención” a las empresas de transporte de pasajeros para frenar la llegada de personas a la capital, Pamplona, del 6 al 14 de julio, fechas de celebración de la popular fiesta de Sanfermines, que cada año reúnen a cientos de miles de personas de todo el mundo, y que este año no tendrán lugar.