Para enfrentar la crisis, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, lanzó ayer un "empréstito nacional" (préstamo respaldado por títulos).

El mandatario anunció que ese empréstito nacional será para financiar las prioridades del gobierno con el objetivo de salir de la crisis cuya entidad y modalidad se decidirán en el otoño boreal, luego de tres meses de debates.

El empréstito, que algunos analistas suponen se hará mediante emisión de deuda, será lanzado por el gobierno "tanto entre los franceses como en los mercados financieros".

Durante una intervención en el Palacio de Versailles de Luis XIV, y ante los miembros de ambas cámaras del Parlamento -la primera vez que lo hace un jefe de estado francés desde 1848- Sarkozy dijo que "la crisis económica no ha terminado y no sabemos cuándo" lo hará, según un despacho de la agencia Ansa.

Prometió que "no habrá una política de rigor, no habrá aumento de impuestos, cada persona que sea despedida conservará su salario por un año, mientras la reforma previsional será debatida en 2010".

Sarkozy también anunció que mañana recompondrá su gobierno para reemplazar a los ministros de Justicia, Rachida Dati y de Agricultura, Michel Barnier, que fueron electos para el Parlamento Europeo.