La presidenta Cristina Fernández de Kirchner fue la primera jefa de Estado en saludar al papa Francisco, al concluir la emotiva y multitudinaria ceremonia de inicio del pontificado, realizada ayer en una imponente y colmada Plaza San Pedro.
“Le pido a Dios que lo bendiga Francisco” fueron las emocionadas palabras de Cristina Fernández al saludar al Papa, que de inmediato le respondió: ‘Gracias por venir Cristina…‘. Ese fue el breve diálogo que, tomados de las manos, intercambiaron la mandataria y desde ayer el principal pastor de la Iglesia Católica.
La jefa de Estado se mostró conmovida y hasta lagrimeó por la emoción de ser la primera en la fila de gobernantes y representantes de 130 países en saludar al Sumo Pontífice, el argentino Jorge Bergoglio, con quien mantuvo el lunes un encuentro bilateral en El Vaticano.
La asunción del papa Francisco se realizó como es costumbre en la Plaza San Pedro, que estuvo colmada por unas 100.000 personas según los cálculos de las autoridades romanas, en una jornada muy soleada aunque fría y en el día de San José, patrono de la Iglesia universal.
Fiel a su modalidad Francisco prefirió un acto sencillo y sin ningún elemento ostentoso y así se pudo observar sobre la explanada del templo, y a la izquierda, como se ubicaron las delegaciones oficiales de 132 países; encontrándose en primera fila la comitiva argentina encabezada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner junto a miembros del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Minutos antes de la ceremonia Cristina y la futura reina de Holanda, Máxima Zorreguieta, se saludaron afectuosamente cuando se encontraron en el palco que albergó a las delegaciones extranjeras que presenciaron la misa que dio inicio al pontificado del también argentino papa Francisco.
La mandataria argentina presenció la ceremonia ubicada en la primera fila del palco donde también se encontraban otros jefes de Estado, como el italiano Giorgio Napolitano; la canciller alemana Ángela Merkel; y la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.
Luego, una vez terminada la multitudinaria ceremonia se retiró a su hotel y allí a la tarde antes de su regreso a la Argentina se entrevistó con el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo. Acompañada por el canciller Héctor Timerman,y en una reunión que duró unos 50 minutos, la mandataria y Arancedo dialogaron sobre diversos temas, según fuentes oficiales. Fuente: DyN, Télam

