Chile atraviesa su cuarta jornada de extrema violencia, luego de que el gobierno de ese país decidiera aumentar el precio del metro, generando la reacción de estudiantes que empezaron a protestar entrando masivamente al subte sin pagar y levantando las molinetes cobro para que los pasajeros ingresen de forma gratuita. El viernes, los disturbios aumentaron con el apoyo masivo de otros ciudadanos. Al intentar sacar a los manifestantes, se generaron enfrentamientos, incendios a estaciones de metro, saqueos a supermercados y destrozos.
Ante esta situación, el presidente Sebastián Piñera declaró estado de emergencia y por primera vez en democracia los militares salieron a la calle. Sin embargo, esto incrementó las manifestaciones, dejando un saldo parcial de 15 muertos, cientos de heridos y miles de detenidos.
Jésica González es una joven sanjuanina que vive desde hace dos años y medio en el país trasandino. En diálogo con DIARIO DE CUYO contó cómo transcurren los días, en este clima de extrema violencia. "Lo estamos viviendo con muchísima impotencia porque estamos en democracia, en teoría, y que de repente un gobierno tome la decisión de aplicar un toque de queda, un estado de emergencia es algo muy fuerte, sobre todo para la historia de nuestros países. Ha sido una decisión muy errada e innecesaria para lo que se estaba viviendo en ese momento, sobre todo en Santiago", dijo la chica de 29 años de edad, que actualmente vive en Osorno, ubicado a una hora de Villa Langostura, a la altura de Bariloche, a unos 900 kilómetros de la capital chilena.
"Claramente la gente no está queriendo responder del todo a este toque de queda y sale a la calle igual, y esto está generando muchísimo conflicto. Acá hubo protestas masivas, como en todos lados. Esta noche se espera que también tengamos", agregó.
Profesora de tango, gestora cultural y diseñadora gráfica, Jésica relató como se viven en este clima las situaciones de simple rutina. "Los supermercados están abiertos durante escazas horas, algunos incluso completamente cerrados. Eso está generando desabastecimiento, así que se está pidiendo a la gente que compre en los barrios y no tanto en las cadenas. Hay un miedo generalizado porque no se sabe cuánto va a durar".
La joven denunció también una "constante provocación policial". "Durante el día está todo súper tranquilo, la gente se levantó a trabajar como cualquier día normal. Ya habían buses llenos de policías custodiando, cinco o seis motos dando vueltas, como esperando, buscando generando un clima que no era necesario. Eran las 8 de la mañana, muy pocas personas yendo a trabajar y había un clima como si todo fuera a explotar y no era cierto", señaló.
Con respecto al reclamo en sí, la mujer aseguró que lo que se le está pidiendo a Piñera es "que se levante la emergencia, que se cambien los sistemas. Acá todo es privatizado: la salud, la educación, la jubilación. Chile no tiene nada, todo está en manos de un uno por ciento de la población. Ese es el cambio que no están dispuestos a tomar".
Para finalizar, la sanjuanina no dudó en comparar la situación actual de Chile con una dictadura militar. "Se han contado 15 muertos oficiales, hay muchos heridos, hay un militar procesado por mal uso de armas. Hay todo tipo de abusos de derechos humanos, como en una dictadura. Hubo gente secuestrada en un supermercado, torturas, vejaciones, mujeres que han denunciado violaciones y no saben dónde ir. Por suerte, los colectivos están organizados y hay ciudadanos que reciben las denuncias. Las mismas aberraciones que cada 24 de marzo en Argentina y cada 11 de septiembre acá, hemos pedido que no pasen mas, se está viviendo un poco en ese nivel de tensión", concluyó.