Rusos, europeos y chinos presentaron ayer una experimento con cierto parecido a la prueba que atraviesan los participantes del reality televisivo "Gran Hermano". Se trata del proyecto Marte-500, un simulacro de vuelo al planeta rojo en el que seis voluntarios vivirán encerrados durante casi año y medio la misma odisea espacial que los futuros exploradores interplanetarios.

"Es un experimento diseñado para saber qué factores afectarán a la tripulación que viaje a Marte desde el punto de vista médico y psicológico", explicó Diego Urbina, italiano de origen colombiano y uno de los participantes en el proyecto.

Urbina, tres rusos, un francés y un chino se encerrarán durante 520 días, a partir del 3 de junio, en un simulador de una plataforma espacial para estudiar la resistencia del ser humano en condiciones de aislamiento prolongado. Además, su experiencia servirá para comprobar la compatibilidad psicológica entre los integrantes de una tripulación de cara a futuros viajes a Marte o expediciones a la Luna.

"No dispondrán de internet, ni podrán ponerse en contacto con sus familias, y afrontarán los mismos desafíos que los astronautas, con la excepción de la ingravidez", afirmó el ruso Borís Morukov, director del proyecto, durante una rueda de prensa en la sede del Instituto de Problemas Biomédicos.

La Agencia Espacial Europea (ESA) y la rusa Roscosmos lanzaron en 2004 este ambicioso proyecto, al que se sumó posteriormente China. Con unas reservas de varias toneladas de agua y comida, los seis neófitos astronautas vivirán en condiciones similares a las de una expedición real al planeta rojo en el interior de cinco módulos espaciales de 180 metros cuadrados: médico, de vivienda, almacén, de desembarco y "marciano".

Este último módulo imitará las condiciones marcianas cuando tres astronautas "desembarquen" en la superficie de ese planeta, adonde llegarán tras 250 días del vuelo entre la Tierra y Marte y donde permanecerán durante un mes.

Los tres elegidos para "poner sus pies" sobre Marte -un ruso, un europeo y el chino- habrán de ponerse auténticas escafandras (trajes) de 30 kilos, mucho más ligeras que las habituales, ya que no tendrán que trabajar en condiciones de ingravidez.

Los equipos técnicos reproducirán en los simuladores de módulos espaciales la composición del aire, la presión atmosférica y el nivel de ruido en la nave interplanetaria, además de regenerar reservas de oxígeno y agua. El módulo de vivienda incluye una cocina con mesa-comedor y unas minúsculas habitaciones forradas de madera de tres por dos metros cuadrados para los tripulantes con cama, mesa y armario, retrete y una ducha, que sólo podrán usar una vez cada diez días.

En el curso del vuelo virtual no faltarán duras pruebas, incluidos simulacros de averías, que pondrán a prueba la capacidad de la tripulación para superar inesperados problemas técnicos y situaciones de estrés. Los voluntarios podrán abandonar el experimento cuando lo deseen, sin tener que dar explicaciones, aunque se da por hecho que ninguno dejará el proyecto salvo enfermedad o crisis psicológica.

La "tripulación marciana" estará formada por un comandante ruso, un ingeniero de a bordo, tres científicos y un médico, de entre 38 y 27 años, quienes dominan el inglés y son expertos en medicina, biología o ingeniería. Martin Zell, jefe de investigaciones de la ESA, insistió en que el simulacro aportará datos de un valor "incalculable" a la hora de construir naves espaciales más fiables para viajar a otros planetas.