Ricardo Saud, ex director de la cadena de frigoríficos JBS, afirmó, en testimonio prestado a la Fiscalía General de Brasil, que el presidente Michel Temer le pidió la entrega de 1 millón de reales (USD 311.000), en efectivo, a una empresa del coronel retirado João Baptista Lima. El militar es uno de los hombres de confianza del presidente.
Además, los testimonios de Joesley Batista, uno de los dueños de JBS, fueron dados en el marco de un acuerdo de cooperación judicial y refuerzan el terremoto político causado por unos audios divulgados por el tribunal que comprometen a Temer y que este jueves lo llevaron a dirigirse a la nación para asegurar que no renunciará, pese a las crecientes presiones.
Sobre la base de esos audios y la totalidad de la confesión de Batista, uno de los dueños del gigante cárnico JBS, la Corte Suprema abrió una investigación formal contra Temer, quien puede ser desalojado del poder si se instaura un proceso penal en su contra, lo cual debe ser avalado por el Parlamento.
Las conversaciones grabadas, difundidas el jueves, fueron registradas por Batista durante una visita que le hizo a Temer en la residencia oficial de la Presidencia el pasado abril.
En ellas se escucha al empresario relatando diversas irregularidades, como que busca "favores" para su empresa en algunos ministerios, que está en contacto con fiscales que le informan sobre investigaciones o que soborna a un ex diputado preso por corrupción y cercano al gobernante para que no colabore con la Justicia.
Ante todo eso, Temer asiente o simplemente escucha sin mayores comentarios, lo cual ha sido interpretado por analistas jurídicos como un apoyo implícito a acciones al margen de la ley.
A esas ya explosivas revelaciones, que han llevado a partidos de la propia base de Temer a exigir su renuncia, se sumaron hoy los documentos revelados por la Corte, en los que Batista confiesa que le ha pagado coimas al mandatario desde 2010, cuando ambos se conocieron.
Según uno de los documentos, catalogado como "Anexo 9", entre 2010 y 2011 Batista dice que hasta le pagó una "mesada" de 100.000 reales (hoy unos 29.500 dólares) a cambio de diversos "favores" en el Ministerio de Agricultura, y se compromete a entregar pruebas de ello.
Dice, además, aunque no aclara si se cumplió, que acordó a fines del año pasado con el diputado Rodrigo Rocha, suspendido de su escaño por el Supremo y muy cercano a Temer, el pago al ya entonces mandatario del 5% de comisión sobre la facturación de una empresa eléctrica del grupo que precisaba una licencia para operar.
El testimonio prestado por Batista ya ha sido homologado por la Corte Suprema y puede salpicar, además, a muchos otros políticos, tanto del arco oficialista como de la oposición.
Este jueves, en medio de fuertes presiones, Temer se dirigió a la nación y afirmó con contundencia que no renunciará al cargo y que probará su inocencia en la investigación que ha iniciado el Supremo.
Sobre los audios —lo único difundido oficialmente hasta entonces de la confesión de Batista—, Temer aseguró que fueron grabados de forma "clandestina" y garantizó que en ellos no hay pruebas de su presunta culpabilidad.