Sus padres eran de clase media. Carole Elizabeth Goldsmith, aeromoza, y Michael Francis Middleton, despachador de vuelos de British Airways, se conocieron en esa misma compañía aérea. Gracias a su ingenio y trabajo, esta pareja logró escalar posiciones. Al gozar de una situación económica más holgada decidieron que sus hijos se educaran en colegios de primer nivel, frecuentados por ricos y famosos.
El 29 de abril de 1982 tuvieron la primera de sus tres hijos: Catherine Elizabeth "Kate" Middleton, que se convertirá en la princesa Catalina, incorporándose a la familia real británica gracias al discreto encanto con el que logró enamorar hace casi una década al príncipe Guillermo.
Su relación con el primogénito del príncipe Carlos y la fallecida Lady Di se remonta a 2001, cuando Guillermo y Kate se conocieron en la universidad, pero hasta hace bien poco esta joven de 29 años era casi una desconocida para la opinión pública británica.
Las cosas han cambiado sustancialmente desde su anuncio de compromiso con Guillermo el pasado mes de noviembre y la de Kate es ya una de las caras más conocidas del planeta, que espera su boda con el segundo en la línea sucesoria a la corona británica.
Proveniente de una familia de clase media en la Inglaterra rural, sus padres siempre buscaron mejoras económicas. Fundaron una empresa de venta por correo de artículos para fiestas que al cabo de unos años los convirtió en millonarios.
Este salto social fue decisivo para que el príncipe Guillermo y Kate Middleton cruzaran sus caminos como estudiantes en la Universidad de St Andrews (Escocia). Según algunas versiones, Kate optó por esa universidad cuando supo que el príncipe iba a estudiar allí, un extremo nunca confirmado de manera fehaciente pese a la insistencia de algunos medios.
Para la revista "Tatler", Kate es "altamente decorativa y terriblemente aromática". Pero tiene "una capacidad feroz para escalar socialmente". Desde que comenzó su noviazgo con el príncipe, la futura consorte fue maliciosamente apodada como "Waity (paciente) Katie".
De sus padres heredó sus ambiciones de mejoras económicas: Quiso abrir una empresa para vender ropa por catálogo, luego aceptó el cargo en Jigsaw, como asistente del departamento de ventas, donde se cree que devengó un sueldo de unos 35.000 euros anuales, es decir unos 2.900 euros mensuales.
En materia de estudios, Kate fue una alumna aplicada, que ganó varios premios. Con Guillermo y otros estudiantes compartieron un apartamento. Ambos fueron buenos amigos antes de iniciar una relación sentimental lejos de los medios. Tanto es así que hasta el pasado 16 de noviembre, el día que sorprendieron a todo el mundo anunciando de manera oficial su compromiso de boda, no se la había oído hablar en público.
Nerviosa, contenida y discreta, pero abiertamente feliz, Kate empezó ese día a ganarse a los británicos, huérfanos desde la muerte de Diana de Gales en 1997 de una figura cercana que permita identificarse con una monarquía con exceso de olor a naftalina.
Las comparaciones con Lady Di son inevitables. El tiempo dirá, pero de momento ha conseguido acercarse al manido título de "princesa del pueblo" por su naturalidad, su fotogenia y su sencillez en los contados actos públicos que han jalonado la cuenta atrás hasta la boda.

