Los griegos se encontraron ayer con los bancos cerrados, con largas filas en los supermercados y una mayor incertidumbre luego de que el fracaso de las negociaciones con sus acreedores para evitar una cesación de pago ahondó la crisis del país.
Grecia debe cancelar hoy un vencimiento de unos 1.700 millones de dólares con el FMI y algunos observadores han manifestado que el Gobierno heleno no cumplirá con esa obligación, incluso el propio primer ministro, Alexis Tzipras, lo dio a entender ayer. Sin embargo, el default griego se haría efectivo el próximo 20 de julio si es que el Gobierno heleno no consigue cancelar una obligación de 3.500 millones de euros con el Banco Central Europeo. De ahí, una salida de la zona euro podría “quedar a la vuelta de la esquina”.
Tsipras pidió en vano a funcionarios europeos que amplíen un programa de ayuda hasta el referendo el 5 de julio, cuando sólo faltaba un día para que se acabe el actual programa de rescate y tenga además que realizar un pago al FMI.
Tsipras anunció el sábado la realización del referendo en el cual los griegos sólo deberán responder sí o no a las demandas (un mayor ajuste) de los acreedores internacionales a cambio del dinero que evitaría una cesación de pagos de Grecia.
Atenas alega que los recortes a las pensiones y las alzas de impuestos exigidos sólo agravarían la crisis económica del país, donde un cuarto de la fuerza laboral no tiene empleo.
Por lo pronto, se impuso un control sobre los capitales para evitar la salida masiva de divisas estableciendo un feriado bancario por seis días, y se estableció un límite de extracción diaria en los cajeros automáticos de 60 euros.
Ayer, los griegos se vieron conmocionados por el giro de los eventos. Se formaron largas filas en los cajeros automáticos y en supermercados, mientras miles de personas se manifestaban en las calles a favor del “NO” del referendo del domingo.
Las farmacéuticas dijeron que seguirían enviando medicinas al país en las próximas semanas pese a las cuentas impagas, pero que los suministros se verían en riesgo si no se toman medidas de emergencia.
Miles de griegos se congregaron frente al Parlamento en Atenas para apoyar el llamado de Tsipras, a rechazar una propuesta de “rescate” financiero de los acreedores de Grecia, ordenado banderas griegas y cantando “tomen su rescate y váyanse”. La Policía dijo que unas 13.000 personas asistieron a la manifestación en la céntrica plaza Syntagma, la principal de la capital de Grecia, que se desarrolló en un ambiente pacífico y en la que se vieron también a varios ministros vestidos con ropa casual.
Pero no sólo en Grecia hay preocupación. Los mercados del mundo sintieron la presión que desató una ola mundial de liquidaciones de activos que arrastró incluso al mercado argentino con una caída en el índice Merval del 3,24%, en una jornada donde se mantuvo firme el dólar paralelo en 13,30 pesos.
En tanto, en los EEUU, el índice industrial Dow Jones bajó 1,95% mientras que el tecnológico Nasdaq cayó 2,40%.
En Europa, el índice Euro Stoxx 50, un indicador de las principales compañías del viejo continente, se desmoronó 4,12%,
en Londres, el FTSE 100 bajó 1,97%, en Frankfurt, el DAX descendió 3,56%, en París el CAC 40 se derrumbó 3,74% y en Madrid, el IBEX 35 se despeñó 4,56%.
Las principales calificadoras de riesgo mundiales han colocado la deuda de Grecia en CCC, un escalón por encima del default.
