La decisión de la multinacional de comidas rápidas McDonalds de suspender sus actividades en Rusia, en el marco de las sanciones impuestas a ese país por la ofensiva militar sobre Ucrania, desató una verdadera desesperación entre los consumidores.
McDonald’s, que en buena parte del mundo trabaja con un esquema de franquiciado, es dueña del 84% de los 384 locales que tiene en Rusia.
El portal de noticias Nexta reportó que "en diversos puntos de venta de la firma se formaron extensas filas de clientes deseosos de consumir los ítems que ofrece su menú antes de que se efectivizaran las suspensiones".
Se viralizaron imágenes de sitios de subastas locales donde los usuarios vendían combos entre 40.000 y 50.000 rublos (entre 307 y 384 dólares) mientras que antes de la crisis, el precio de estos combos promediaba los 355 rublos (poco menos de 3 dólares).
A través de un comunicado, McDonald’s afirmó que "el creciente aislamiento de Rusia de la comunidad internacional desató problemas en su cadena de suministro, por lo que resulta “imposible predecir” cuándo volverá a abrir sus puertas allí".
“El conflicto en Ucrania y la crisis humanitaria en Europa causaron un sufrimiento indescriptible a personas inocentes. Como parte de un sistema, nos unimos al mundo para condenar la agresión y la violencia y rezar por la paz”, expresó Chris Kempczinski, presidente y CEO de McDonald’s Corporation.
McDonald’s desembarcó en Moscú en 1990, poco después de la caída de la Unión Soviética, y emplea alrededor de 62.000 personas que seguirán percibiendo su sueldo mientras dure la suspensión.
Fuente: Ámbito

