El papa Francisco y la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner mantuvieron ayer un encuentro distendido y ‘cálido‘, en el que intercambiaron regalos y en el que la mandataria se manifestó sorprendida porque le diera un beso en la mejilla.
‘Por Dios es increíble esto, es increíble‘, exclamó al ser saludada con afecto en la casa Santa Marta, del Vaticano, por el hasta el miércoles cardenal Jorge Mario Bergoglio, con quien mantuvo en los últimos años una tensa relación. Ante una referencia en broma del Papa sobre su edad, la jefa de Estado replicó también con una chanza en doble sentido: ‘No es cierto, usted es un cuadro de la Iglesia‘. Es que el Papa había dicho a la Presidenta que no salía de su propio asombro porque lo eligieron a él, que ya estaba viejo.
Las imágenes televisivas mostraron a una Presidenta algo nerviosa, sobre todo cuando le tocó el brazo y se excusó: ‘Ay, no, no puedo tocarlo‘. ‘Sí, puede tocar, puede…‘, respondió Francisco, quien luego la tomó del brazo y le dio un beso en la mejilla.
Regalos
‘Nunca un Papa me había besado‘, expresó con sorpresa la mandataria argentina. El pontífice argentino regaló a la Presidenta un libro con las conclusiones de la asamblea del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), que se realizó en 2007 en Aparecida, Brasil, y al que asistió Benedicto XVI.
En aquel encuentro continental de obispos, Bergoglio había advertido que los pobres ya no son sólo ‘explotados‘ sino ‘sobrantes‘, al trazar un diagnóstico de la realidad socio-político-religiosa del país ante sus pares latinoamericanos. Esta afirmación causó un fuerte rechazo en el gobierno kirchnerista.
El Papa también le entregó una copia de la placa que recuerda la visita que la Presidenta hizo a Benedicto XVI junto con su par chilena Michelle Bachelet, con motivo de los 30 años del acuerdo entre los dos países que evitó la guerra por el Canal Beagle.
Y una réplica del mosaico de la fundación de la basílica de San Pedro, en la época de Alejandro VI, además de una rosa blanca que representa a Santa Teresita, de la que Bergoglio es muy devoto, y que la Presidenta prometió ‘guardar‘ entre sus ‘cosas‘.
En tanto, Fernández le obsequió un equipo de mate realizado por cooperativistas del programa Argentina Trabaja y un poncho de vicuña, hecho en Catamarca, para que ‘lo abrigue del frío de Roma‘ y de Europa en general, según dijo.
El juego de mate está elaborado en estuche de suela de cuero argentino. El equipo consiste en un bolso con mate, bombilla, yerbera, azucarera y un termo.
Fuentes: DyN y Télam