El millonario Sebastián Piñera simpatizó con la Democracia Cristiana chilena cuando era joven y votó contra la continuidad del dictador Augusto Pinochet. Pero, ahora tiene en sus manos la posibilidad de que la derecha conquiste el poder democráticamente por primera vez en medio siglo.

Y está convencido de lograrlo gracias a los errores de la Concertación, que lleva 20 años gobernando Chile, y a los aciertos de su Coalición por el Cambio, un bloque de centro derecha en el que hay desde fervientes defensores de la dictadura (1973-1990) hasta un ex ministro del presidente Salvador Allende, muerto durante el golpe de Estado.

Por lo pronto, tiene asegurado el primer lugar para el domingo, aunque para festejar primero tendrá que pasar la prueba de fuego: el ballotage del 20 de enero. Es que a pesar de contar con una ventaja de 17 puntos en las encuestas, no llega al 50% de los votos para consagrarse en primera vuelta.

Nacido en Santiago de Chile en 1949 en el seno de una familia de clase media, Piñera fue el tercero de los cinco hijos de Magdalena Echenique y José Piñera, un ingeniero y diplomático que participó en la fundación de la Democracia Cristiana, hoy el principal partido de la gobernante Concertación y principal rival del millonario para este domingo.

Doctor en Economía por la Universidad de Harvard y uno de los inversores más exitosos de América Latina, este político y empresario casado en 1973 y padre de cuatro hijos, ya fue candidato a la Presidencia de Chile hace cuatro años, pero perdió ante Michelle Bachelet, que dejará el poder el 11 de marzo.

Piñera fue senador entre 1990 y 1998 por Renovación Nacional, uno de los dos partidos de la derecha chilena, muchos de cuyos dirigentes tuvieron una activa participación durante el gobierno militar encabezado por Augusto Pinochet.

Sin embargo, Piñera siempre ha condenado la violación de los derechos humanos perpetrada por la dictadura, algo que los sectores más duros ven con desagrado. "Su público apoyo al ‘No’ puede traerle ahora los votos suficientes para terminar con el predominio electoral de la Concertación", explica el analista Patricio Navia sobre el plebiscito del 5 de octubre de 1988, que dijo "basta" a la dictadura pinochetista.

Sus detractores dicen de él que es un "candidato de laboratorio" que usa como símbolo la misma estrella empleada por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en la campaña de 2006, las mismas frases pronunciadas en los mitines por el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en 2007 y el mismo anuncio en Internet que los seguidores de Barack Obama, presidente de EEUU, en 2008.

Tiene fama de ser obsesivo, metódico y ordenado. Trabaja los siete días de la semana y duerme la mitad de lo recomendado, aseguran sus colaboradores. Su bohemio hermano Miguel cuenta de él que "es un trabajólico" al que le gusta estar encima de todo, tanto en la política como en los negocios.

Y es precisamente esa "doble militancia" pública y empresarial la que sus oponentes identifican como su talón de Aquiles.

La revista Forbes lo ubica en el puesto 701 de los hombres más ricos del mundo con un patrimonio de unos 1.000 millones de dólares.

Es accionista mayoritario de la aerolínea LAN, del canal de televisión Chilevisión y del equipo de fútbol Colo-Colo, aunque dicen sus detractores que es hincha del más exclusivo club Universidad Católica.

Piñera rechaza que haya conflicto de intereses como hombre de negocios y sus aspiraciones políticas, aunque sus adversarios se han encargado de airear que en 1982, cuando era gerente general del Banco de Talca, fue procesado por fraude, y que en 2007 fue multado por comprar acciones de LAN haciendo uso de información privilegiada.

Católico practicante, Piñera está en contra del aborto y del matrimonio entre personas del mismo sexo, pero apoyó la ley del divorcio y es partidario de repartir la píldora del día después y reconocer determinados derechos a las parejas de hecho.