Una multitud de fieles expresaron ayer su agradecimiento al papa Benedicto XVI, que reconoció ‘los mares embravecidos‘ que marcaron su pontificado.

El pontífice, que hoy renuncia formalmente, tuvo ayer una emotiva despedida durante su última audiencia general, en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, hasta donde llegaron decenas de miles de personas.

En ocho años de pontificado, ‘el Señor realmente me ha guiado, ha estado cerca de mí. El Señor nos ha dado muchos días de Sol. También ha habido momentos en que los mares estuvieron embravecidos y el viento sopló en contra, como en toda la historia de la Iglesia, y el Señor parecía dormir. Pero siempre supe que en la barca de la Iglesia estaba el Señor. Y el Señor no deja que se hunda’, dijo el Papa a modo de despedida de su pontificado que estuvo marcado por casos de clérigos pederastas y el escándalo Vatileaks, que puso al descubierto las tramas e intrigas en el Vaticano.

Efusivo:

En una inusual muestra de efusividad en público para un hombre sumamente reservado, el líder católico aludió a los momentos más complicados de su papado, asediado por escándalos de abusos sexuales. ‘Gracias, estoy muy conmovido‘, dijo Benedicto XVI ante una multitud de más de 150.000 personas congregadas en la Plaza San Pedro, un día antes de convertirse en el primer Papa en renunciar en 600 años.

Afirmó que tenía mucha confianza en el futuro de la Iglesia Católica, que su decisión de renunciar fue tomada pensando en el

bien de la institución y pidió a los fieles que rezaran por los cardenales que elegirán a su sucesor.

Durante una mañana soleada, la ceremonia arrancó a las 10.35 (6.35 de Argentina) con la aparición de un Papa visiblemente conmovido a bordo del tradicional Papamóvil, causando una ovación entre la multitud que no dejaba de vivarlo y saludarlo con sus manos, agitando banderas.

El Vaticano sostuvo que el discurso, interrumpido varias veces por los aplausos y gritos, fue el último emitido por el pontífice, que desde hoy por la noche tendrá el título de ‘Papa emérito‘.

Para hoy, se espera que Benedicto XVI salude por la mañana a los cardenales de Roma. A las 17 (13 de Argentina) se alejará del Vaticano en helicóptero, rumbo a la residencia veraniega de Castel Gandolfo, donde permanecerá hasta que concluyan las tareas de refacción del monasterio del Vaticano donde vivirá luego.

En Castel Gandolfo hará una aparición pública desde la ventana para saludar a los residentes de esa localidad, la que será su última aparición pública como Benedicto XVI. Luego, la Guardia Suiza, se retirará en una señal de que el papado está vacante. A modo de despedida, sonarán las campanas de todas las iglesias romanas.