El papa Francisco firmó ayer una declaración en la que llamó a perseguir ‘intensamente‘ el delito de lavado de dinero y abogó para que los ‘bienes incautados a traficantes y criminales‘ sean devueltos a la sociedad para la ‘rehabilitación y compensación de las víctimas‘, al cierre de un encuentro con jueces y fiscales de todo el mundo.
Al término de la ‘Cumbre de los jueces sobre la trata de personas y el crimen organizado‘ celebrada en el Vaticano, se difundió un texto en el que pidió considerar a ‘la esclavitud moderna, la trata de personas, el trabajo forzado, la prostitución y el tráfico de órganos humanos‘ como ‘crímenes contra la humanidad‘.
Jueces de todo el mundo, incluidos unos 20 de Argentina, sellaron ayer por escrito su compromiso con el papa Francisco para recuperar ‘para la sociedad’ los bienes incautados a traficantes y delincuentes. El pedido del Papa y los jueces aparece en la introducción del documento final del encuentro de jueces en el Vaticano del que participó una nutrida delegación argentina.
En la declaración de diez puntos los participantes reclaman más compromiso en la lucha contra el crimen organizado. En uno de los planteos más novedosos, los firmantes plantean que ‘los bienes incautados a traficantes y criminales ya condenados deben ser utilizados para la rehabilitación y compensación de las víctimas, y para la reparación de la sociedad’.
En otro de los puntos, piden que ‘la sanción de los clientes de servicios sexuales debe constituir parte integral de la legislación para una eficaz lucha contra la esclavitud y la trata. Al igual que quien emplea a sabiendas trabajo forzado’.
Tras el encuentro del que participaron el presidente de la Corte Suprema argentina, Ricardo Lorenzetti, y los jueces federales Sebastián Casanello, María Servini de Cubría, Sergio Torres, Julián Ercolini, Marcos Grabivker y Ariel Lijo, entre cien expositores y unos 30 veedores de todo el mundo, el Papa pidió la ‘aplicación efectiva del derecho penal‘ para castigar ‘la trata de personas y el trabajo forzado’, entre otros.
La declaración de la Santa Sede, suscripta por el Sumo Pontífice y los participantes que expusieron en las dos jornadas en las que se dividió el evento, se conoció un día después de que Francisco instara a jueces del mundo a no caer en la ‘telaraña de la corrupción‘ para impartir justicia en casos de trata y narcotráfico, y a rechazar las ‘presiones‘ de los gobiernos y las ‘estructuras mafiosas‘.
‘El delito de lavado de dinero debe ser intensamente perseguido, porque consiste en hacer que los fondos o activos obtenidos a través de actividades ilícitas aparezcan como el fruto de actividades legales‘, señaló el escrito. En este marco, en su residencia de Santa Marta, el Papa recibió en audiencia privada a Lorenzetti y también al juez Casanello, quien tiene a su cargo las investigaciones por la llamada ‘ruta del dinero K‘ y por las cuentas offshore en la causa ‘Panamá Papers‘.
Durante su disertación de ayer en la cumbre, Lorenzetti advirtió sobre los peligros de la ‘licuación de la autoridad judicial‘: Si ‘el juez es atacado, presionado -alertó-, en alguna medida es deteriorado en su imagen, es un juez líquido‘.

