El Papa Benedicto XVI alegró ayer bajo un sol de justicia los corazones de 640 mil católicos que, con respeto a sus oraciones y un hondo fervor, le acompañaron en una misa masiva en Guanajuato, centro de México.
Las largas peregrinaciones e interminables horas anteriores a una ceremonia histórica para los habitantes del centro de México culminaron con una misa sin sobresaltos, con algunas emergencias médicas que atender por desmayos causados por el calor, en la que el pontífice pidió superar ‘el cansancio de la fe‘ en América Latina.
Benedicto XVI advirtió contra la fe ‘superficial y rutinaria, a veces fragmentaria e incoherente‘ y exhortó a los cristianos a no ceder a esa tentación y a superar ‘el cansancio‘ de la fe.
La misa de ayer fue el acto más importante de su visita al país mientras busca reforzar la debilitada fe en un bastión clave para la Iglesia. Se espera que el Papa llegue hoy a Cuba para iniciar su visita de tres días.

