Defender las raíces. “Probablemente los pueblos amazónicos originarios nunca hayan estado tan amenazados en sus territorios como lo están ahora”, dijo El Papa a una multitud de más de 20 grupos nativos.

 

El papa Francisco se hizo portavoz ayer de “la opresión” que viven los indígenas de la Amazonía por los intereses económicos y la corrupción que están destrozando su territorio durante el encuentro con los pueblos originarios en Puerto Maldonado, en el primer acto de su visita a Perú.

“Nunca han estado tan amenazados como ahora”, dijo Francisco, que desveló que por ello ha querido encontrar a los indígenas como su primera cita en Perú.

En el acto central de este viaje en el Coliseo Madre de Dios, en el Puerto de Maldonado, donde unos 4.000 representantes de los indígenas, de más de 20 grupos nativos, mostraron orgullosamente sus cantos, bailes y tradiciones, Francisco recordó uno a uno los nombres de los diferentes pueblos originarios de la Amazonía desencadenando los aplausos de los presentes.

 

En “El Principito”. El momento más emotivo para el Papa fue su visita a un hogar que acoge a niños huérfanos y víctimas de la violencia.

 

El discurso en el corazón de la selva amazónica fue una alabanza a los indígenas que representan “un rostro plural, de una variedad infinita y de una enorme riqueza biológica, cultural, espiritual”.

Pero también la alocución del pontífice argentino fue un duro alegato contra la situación en la que se encuentran y aseguró que “probablemente los pueblos originarios amazónicos nunca hayan estado tan amenazados en sus territorios como lo están ahora”.

Citó una a una todas las amenazas que están aniquilando el Amazonas y a los indígenas.

Comenzó con la fuerte presión de los intereses económicos “que dirigen su avidez sobre petróleo, gas, madera, oro, monocultivos agroindustriales”.

Cerca de esta zona fronteriza con Brasil y Bolivia, en la región vecina del Cuzco, se encuentra la reserva de gas Camisea, la mayor de Perú. Y por el norte, más de una docena de derrames de petróleo de un oleoducto operado por el Estado han contaminado las tierras nativas.

La extracción ilegal, dragando en ríos y usando mercurio, contamina las aguas. Madre de Dios produce cerca del 10 por ciento del oro de Perú, el sexto productor mundial.

En este contexto, el Papa denunció “la perversión de ciertas políticas que promueven la conservación de la naturaleza sin tener en cuenta al ser humano y, en concreto, a ustedes hermanos amazónicos que habitan en ellas”. Y citó entonces que “los falsos dioses, los ídolos de la avaricia, del dinero, del poder lo corrompen todo. Corrompen la persona y las instituciones, también destruyen el bosque”.

También, el pontífice argentino cargó contra “algunos movimientos” que “acaparan grandes extensiones de bosques y negocian con ellas generando situaciones de opresión a los pueblos originarios”.

“Hemos de romper con el paradigma histórico que considera la Amazonía como una despensa inagotable de los Estados sin tener en cuenta a sus habitantes”, argumentó.

Además de la explotación del suelo, el pontífice habló del sufrimiento que padecen los pueblos originarios “por los derrames de hidrocarburos que amenazan seriamente la vida de sus familias y contaminan su medio natural” y “de la contaminación ambiental propiciada por la minería ilegal”.

Clamó Francisco contra otro de los dramas que vive la Amazonía: “La trata de personas: la mano de obra esclava o el abuso sexual”.

“La violencia contra las adolescentes y contra las mujeres es un clamor que llega al cielo”, exclamó.

El Papa también denunció la esterilización de las mujeres en algunas comunidades como prevención.

 

Corrupción, el “virus social que hace daño”

 

El papa Francisco denunció ayer la corrupción, el “virus social” que hace tanto mal en Latinoamérica y

lo infecta todo, en su discurso ante y el presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, y otras autoridades en su primera jornada de visita a Perú.

“La corrupción: cuánto mal le hace a nuestros pueblos latinoamericanos y a las democracias de este bendito continente ese virus social, un fenómeno que lo infecta todo, siendo los pobres y la madre tierra los más perjudicados”, lamentó. Francisco llega a Perú después de que a finales de diciembre pasado Kuczynski se salvara de ser destituido en el Congreso por los vínculos de una empresa suya con la constructora brasileña Odebrecht, un caso que ya ha salpicado a numerosos países Latinoamericanos, incluida Argentina.