El papa Francisco felicitó el jueves al presidente electo, Joe Biden, por su victoria en las elecciones de Estados Unidos.
El líder de la iglesia católica y el demócrata mantuvieron una conversación telefónica en la que, además de recibir las bendiciones y felicitaciones, Biden informó que acordaron trabajar juntos en una agenda común.
“Biden manifestó el aprecio del sumo pontífice en la promoción de la paz, la reconciliación, los lazos comunes de la humanidad alrededor del mundo”, dice el comunicado sobre la conversación difundido por el equipo del estadounidense.
El presidente electo, que tomará posesión el próximo 20 de enero, también “expresó su deseo de trabajar juntos sobre la base de una creencia mutua en la dignidad e igualdad de la humanidad en temas como el cuidado de los marginalizados y los pobres, el cambio climático y la integración de los inmigrantes y refugiados en las comunidades”.
La conversación del presidente electo y el máximo líder de la iglesia católica ocurre en una semana en la que el estadounidense se ha dedicado a estrechar lazos internacionales, sobre todo a través de una serie de llamadas a mandatarios políticos, de Europa, Asia y América Latina.
Los apoyos servirán al demócrata en un contexto en el que el presidente Donald Trump se resiste a admitir su derrota, denuncia fraude y asegura que judicializará la elección.
Biden, de 77 años, es el segundo católico elegido a la presidencia de Estados Unidos después de John F. Kennedy en 1960.
Lo cierto es que la Iglesia Católica es más diversa y está más dividida que hace 60 años. Los católicos estadounidenses acaban de atravesar una temporada de elecciones que trajo acusaciones de “católicos sólo de nombre” contra católicos demócratas como Biden y un amargo debate sobre la mejor manera de votar para un “buen católico”.
La victoria de Biden llega después de que, durante cinco décadas, los líderes conservadores católicos y republicanos de Estados Unidos han tratado de ganarse a los votantes católicos para una agenda que sirve a los intereses del Partido Republicano, especialmente sobre el aborto.