El ministro de Turismo del Perú, Martín Pérez, confirmó ayer que el santuario inca de Machu Picchu está intacto, pese a los daños causados en sus alrededores por inundaciones y deslizamientos generados por las lluvias.

Pérez indicó que el gobierno hará todos los esfuerzos para que las rutas de acceso estén recompuestas a la brevedad, ya que a Machu Picchu sólo se puede llegar por helicóptero -a muy alto precio-, por tren o a través del Camino del Inca, pero estas dos últimas opciones están suspendidas de momento por las inundaciones.

Según el funcionario peruano, hay dos puntos por los que se podría hacer un puente desde zonas en las que pasan carreteras. "Por (el pueblo de) Santa Teresa hay aparentemente menos daño. El concesionario de la vía férrea estimó que en unos diez días se podrá rehabilitar, vamos a ver cómo se va materializando ello", señaló.

Unos 3.000 turistas, gran parte extranjeros, entre ellos 700 argentinos, quedaron atrapados esta semana en Aguas Calientes, punto de acceso a Machu Picchu, y pasaron dificultades antes de que fueran evacuados en helicópteros. Para hoy está previsto el arribo de los últimos argentinos rescatados.

Durante el desastre natural, la argentina Lucía Ramalllo Sarlo, de 24 años, murió mientras dormía en una capa en el "Camino del Inca", que la llevaría hasta la ciudadela.

El gobierno teme que el hecho, sobre el que informó toda la prensa mundial, desestimule la llegada de extranjeros, ya que Cuzco, el epicentro del imperio Inca, es el mayor atractivo turístico del Perú y genera gran parte de sus ingresos de esa industria.

Por esa razón, el gobierno peruano lanzará una campaña promocional para que el lugar y todo el departamento de Cuzco sean más visitados por los turistas nacionales.

"Sería una excelente medida (el incremento del turismo nacional) para compensar", dijo el ministro de Turismo peruano.

Pérez dijo que el gobierno sigue con la evacuación de unas 500 personas que necesitan salir de Aguas Calientes y no han sido trasladadas por habérsele dado prioridad a los turistas.

Ese trabajo terminará en las próximas horas si el clima lo permite.

Aunque la atención internacional estuvo puesta en lo que pasó en Machu Picchu, el drama afecta a varios caseríos cusqueños, donde al menos 35.000 personas, según Defensa Civil, quedaron damnificadas con las lluvias, que triplicaron el nivel de los ríos con respecto a lo que son sus promedios históricos para esta época del año.