El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presentó en Madrid, España, un informe donde se destaca que la Argentina invierte en jubilaciones lo mismo que Francia o España, pero advierte que se deben repensar e incorporar mecanismos que “permitan la sostenibilidad del sistema a largo plazo”.
El informe “Ahorrar para desarrollarse. Cómo América Latina y el Caribe puede ahorrar más y mejor”, fue presentado por los economistas argentinos Tomás Serebrisky y Eduardo Cavallo, hijo del exministro de Economía de Carlos Menen y Fernando de la Rúa.
El trabajo se enfoca en cómo resolver los problemas estructurales que afectan hoy a los sistemas jubilatorios.
“Argentina y Uruguay invierten en jubilaciones lo mismo que Francia, España, Grecia e Italia”, e incluso, mucho más que algunos países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), indica el trabajo. Sin embargo, el BID recomienda repensar e incorporar mecanismos que “les permitan la sostenibilidad de estos sistemas a largo plazo”.
“Argentina ha hecho un enorme esfuerzo en términos de la expansión de la cobertura a través de las pensiones no contributivas, y otros mecanismos, y eso hace que hoy haya un porcentaje alto de personas que reciben una pensión, lo que está muy bien hecho, porque es una forma de reducir la pobreza y resolver los problemas que atañen a la tercera edad”, explicó Cavallo a Télam.
A pesar de ello, el informe advierte que “Argentina y Uruguay tienen la población más envejecida de la región”, por lo que se hace “necesario” incorporar transformaciones al sistema que le permitan ser sostenible en el tiempo. “Tomando los parámetros entre 2010 y 2015, hemos hecho una proyección que da cuenta que hoy, Argentina, cuenta con los recursos suficientes para pagar esas jubilaciones, pero esto no es sostenible en el tiempo’, dijo Cavallo.
Anses paga mensualmente a 17,2 millones de personas en el país.
Ahorro y mejores retornos
“Lo importante aquí es que si no hay cambios en el sistema previsional argentino, al igual que en otros países de Latinoamérica, y no se logra ahorrar más y lograr mejores retornos para el ahorro previsional, hacia 2095 y 2.100 sólo va a ser posible financiar el 40% del salario promedio del trabajador, por eso en nuestro trabajo hacemos un llamado a la acción temprana para pensar en reformas que hagan más sostenibles los sistemas de pensiones a largo plazo”, explicó.
“El tema es cómo lograr que cada vez sea más la cantidad de gente que aporte para su jubilación o retiro, de modo de asegurar la sostenibilidad del sistema”, agregó Serebrisky, y explicó que “la cuestión pasaría por aumentar la participación de los trabajadores en los sistemas de pensiones contributivas, para lo que es necesario reducir la informalidad laboral o el trabajo en negro en Argentina y en toda América Latina y el Caribe, dado que toda la región comparte este mismo problema”.
Para Serebrisky, es necesario “ahorrar más y mejor”; y para Cavallo, “Argentina ahorra un promedio de 20%, y está en el promedio de lo que ahorran los países de la región, esto es significativamente más bajo que en las tasas de ahorro que se observan en otras economías del mundo, y este es el problema general que tiene América latina”.
“Los niveles de economía que se observan en el Asia emergente, que invierten mucho y crecen muy rápido, donde las tasas de ahorro exceden el 30% del producto bruto interno (PBI), puede que las tasas de ahorro allí sean muy altas. Si uno mira el país que menos ahorra en el Asia emergente ahorra un 5% del PIB más que el país que más ahorra en América latina y el Caribe”, acotó Cavallo.
Así visto, además de reducir el trabajo informal, la cuestión sería ahorrar más y mejor, pero ¿cómo o dónde encontrar nuevos mecanismos que permiten el financiamiento del sistema de pensiones a largo plazo?
“La gente ya no confía en los bancos, y es necesario buscar nuevos instrumentos en los que los fondos de pensión, que son los que acumulan el dinero de nuestras jubilaciones, puedan invertir el dinero de nuestros ahorros para rentabilizarlos mejor a largo plazo”, dijo Serebrisky, por eso sugirió que “las grandes obras de infraestructuras, como parques eólicos, puentes, carreteras, túneles o puertos, podrían ser una clase de activos en los que invertir”.
“En Latinoamérica los fondos tienen cierta resistencia a invertir en activos de infraestructura, pero en Australia y Canadá esto es común, dado que los fondos de pensión necesitan tener activos que maduren a largo plazo porque sus aportantes se jubilan en muchos años, entonces necesitan de activos como éstos, que les den retornos a largo plazo, y la infraestructura es un activo ideal para ello”, detalló Serebrisky.
En este sentido, “el sector inmobiliario argentino es un imán para los ahorros”, indica el trabajo de los economistas.