Gabriel Boric se convirtió este domingo en el presidente más joven de la historia de Chile, luego de que a sus 35 años le ganase el balotaje al ultraderechista José Antonio Kast. De dónde proviene y cuáles son sus influencias.
"Me la voy a jugar firmemente por reencontrarnos como país, por lograr los acuerdos que necesitamos para avanzar de una manera más justa", afirmó Boric al final del último debate por televisión antes del balotaje de este domingo en Chile.
De una retórica que prometía la muerte al neoliberalismo en Chile cuando ganó las primarias de su coalición de izquierda, el joven legislador moderó su discurso y sus propuestas para conquistar a los indecisos votantes de centro.
Con apenas 35 años, el egresado -aunque no titulado- en Derecho de la Universidad de Chile se convirtió en el más joven presidente electo del mayor productor mundial de cobre.
Pese a que Boric ha sido anteriormente criticado en su propio sector por su posición más dialogante, las fuerzas políticas del centro a la izquierda se alinearon con él para impedir una llegada al poder del pinochetista José Antonio Kast, quien lideró la primera vuelta.
Para la campaña, el joven dejó atrás su antigua imagen con desaliñada cabellera y muy poblada barba que le identificaron desde su época de presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile.
Sin embargo, aún cuenta con resistencia de sectores más conservadores debido a su alianza con el Partido Comunista, pese a que Boric ha dicho que es "uno más" de su coalición. Otros subrayan su falta de experiencia que le ha llevado a equivocarse con cifras y proyecciones.
En su momento, incluso fue duramente criticado por sus aliados por integrar y suscribir el "Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución", adoptado en noviembre de 2019 tras el estallido y que dio paso al proceso de reescritura de la Constitución, actualmente en proceso.
Oriundo de Punta Arenas, en el extremo sur de Chile, fue uno de los líderes de las protestas estudiantiles que estallaron en 2011 durante el primer gobierno de Sebastián Piñera en demanda de mejoras en la calidad en la educación y el avance a la gratuidad.
Sus adherentes son en buena parte jóvenes que quieren cambiar el sistema económico neoliberal heredado de la dictadura de Augusto Pinochet, que llevó al país a ser modelo de desarrollo frente a sus empobrecidos vecinos en América Latina pero que también generó profundas desigualdades sociales.
Pero el camino no será fácil considerando que el Congreso estará muy dividido, lo que requeriría grandes acuerdos para aprobar reformas importantes.
"La posibilidad de dialogar con quien piensa distinto no es un patrimonio exclusivo de ningún sector político", dijo a mediados de año a un diario local.