La crisis comercial entre Estados Unidos y China, que pone de cabeza a los mercados y amenaza al comercio mundial, parece no encontrar techo. En un nuevo capítulo de la escalada, el gobierno del presidente, Donald Trump, presentó una lista de importaciones chinas por 300.000 millones de dólares a las que podría imponer aranceles. Mientras aún resuena el eco de China que prometió "luchar hasta el final" en su guerra comercial con Washington.
La oficina del Representante de Comercio de EEUU (USTR) difundió su lista luego de que China anunciara aranceles a importaciones estadounidenses por 60.000 millones de dólares -ver infografía.
El anuncio chino fue en respuesta a la sorpresiva decisión de Trump, de aumentar derechos de importación a productos chinos por 200.000 millones de dólares, el viernes pasado.
"China luchará hasta el final", dijo el vocero de la Cancillería china, Geng Shuang. "Tenemos la determinación y la capacidad de salvaguardar nuestros intereses. Las contra medidas de China han mostrado nuestra resolución para garantizar el sistema de comercio multilateral", agregó Geng.
En la Casa Blanca, Trump minimizó la gravedad de la disputa, que esta semana puso a la economía global en vilo, calificándola de "pequeña riña" entre amigos.
La lista estadounidense, que enumera 3.805 categorías de productos, es un paso más en la amenaza de Trump del 5 de mayo de extender los aranceles del 25% a todos las importaciones chinas. En este sentido, el 17 de junio se hará una audiencia en Washington para decidir cómo proceder.
La lista "abarca esencialmente todos los productos" que aún no están sujetos a derechos de importación, agregó el USTR, que dijo que incluye bienes tan dispares como computadoras portátiles, hojas de sierras, partes de turbinas, atún y ajo. El USTR destacó que excluye los productos farmacéuticos y minerales de tierras raras usados en dispositivos electrónicos y baterías.
"El riesgo de una mayor escalada está lejos de haber terminado", dijo la compañía de servicios financieros y bancarios holandesa ING en un informe.
Trump quiere que China cambie sus políticas sobre propiedad intelectual, reduzca sus masivos subsidios a sus empresas estatales, compre más productos estadounidenses y deje de forzar a las compañías extranjeras a compartir secretos tecnológicos.
Desde el año pasado, ambas partes se habían impuesto aranceles que afectaron a productos por 360.000 millones de dólares.
Una tregua acordada en Buenos Aires en diciembre entre Trump y Xi para intentar negociar un acuerdo colapsó el viernes pasado con el aumento de aranceles estadounidenses.
Uno de los mayores obstáculos para alcanzar un acuerdo ha sido la insistencia de EEUU de un mecanismo de penalidades que garantice que Beijing cumple con su compromisos.
En medio de la tensión por la disputa comercial de los dos colosos de las economía global, ayer hubo un respiro para los mercados. Las bolsas de Asia, Europa y Wall Street cerraron en alza alentados por la posibilidad que Trump aplace por seis meses la amenaza de aranceles al sector automotríz de China (automóviles y piezas importadas).
Se espera un anuncio formal para el sábado, la fecha en que se cumple el plazo para que Trump tome una decisión sobre unas recomendaciones del Departamento de Comercio para proteger a la industria automotriz estadounidenses,
Trump sostiene que China ha llevado adelante prácticas comerciales injustas con Estados Unidos "durante muchas, muchas décadas" y que creía que las cosas "saldrán extremadamente bien" porque su país está en una "posición muy fuerte".
Trump y su par chino, Xi Jinping, volverán a estar cara a cara en la cumbre del G20 del 28 y 29 de junio en Osaka, Japón.