Estados Unidos, 29 de abril.- La presencia de la Guardia Nacional no intimidó a los manifestantes en la ciudad estadounidense de Baltimore, algunos de los cuales desafiaron el toque de queda decretado tras la violencia y saqueos del lunes, que el presidente Barack Obama admitió generan "preguntas preocupantes".
Tras el comienzo de la primera noche bajo toque de queda algunos grupos de manifestantes, principalmente jóvenes negros, se podían ver en las calles y la policía lanzó bombas de humo y gas pimienta para dispersarlos.
El toque de queda, que regirá durante cinco noches, y el despliegue de miles de efectivos de la Guardia Nacional y refuerzos de la policía, fueron adoptados para prevenir nuevos incidentes en esta ciudad portuaria después de los disturbios que el lunes dejaron más de 140 vehículos quemados, 20 policías heridos, 235 sospechosos arrestados y cientos de comercios saqueados.
AFP
Los disturbios que paralizaron a Baltimore comenzaron tras el funeral de Freddie Gray, un negro de 25 años que murió por severas lesiones en la columna vertebral ocho días después de haber sido detenido por la policía.
Obama dijo a la prensa que "hemos visto demasiados casos de agentes teniendo contactos con personas, especialmente negros y casi siempre pobres, en formas que generan preguntas preocupantes".
La policía de Baltimore tendrá que hacer "una reflexión", dijo Obama, así como las comunidades que protagonizaron los disturbios. "Pienso que todos como país debemos hacer una reflexión. Esto no es nuevo. Ha sido así durante décadas", expresó.
