El devastador huracán Katrina que hace 5 años inundó el 80% de Nueva Orleáns, EEUU, y dejó 1.800 muertos y más de 1 millón de evacuados, tiene aún efectos residuales en las muchas denuncias de discriminación para los más pobres, en su inmensa mayoría negros.

"El renacimiento de Nueva Orleáns es la historia de dos renacimientos distintos", dijo James Perry, director ejecutivo del Greater New Orleans Fair Housing Action Center, la más importante asociación de la ciudad que reconstruye viviendas.

Según Perry, quienes estaban bien financieramente antes de Katrina en su mayoría volvieron a sus casas y trabajos y tienen acceso a una buena asistencia sanitaria. Sin embargo los más pobres, que estaban en dificultades antes, lo siguen estando ahora. Los que estaban bien son en su gran mayoría blancos, y los segundos son en su gran mayoría negros, reproduciendo una escala de separación que es típica y se mantiene en el país, aunque un negro haya llegado a la presidencia, sostiene Perry en declaraciones a la agencia de noticias Ansa.

La disparidad es tan evidente que un juez federal de Louisiana calificó de "discriminatorio" un programa de subsidios preparado por el estado para aquellos cuyas casas resultaron dañadas o destruidas.

El programa ofrecía a los propietarios subsidios de hasta 150 mil dólares, pero en base a criterios que el juez consideró "fuertemente discriminatorios" hacia los ciudadanos de los suburbios pobres, en su mayoría negros.

El presidente estadounidense, Barack Obama, quien llegará hoy, a la zona afectada, con motivo del quinto aniversario del Katrina, dijo conocer bien de qué se trata todo lo denunciado.

El 29 de agosto de 2005, la ciudad fue azotada por vientos de 200 kilómetros por hora en la desembocadura del río Misisipi y en pocas horas, los diques del lago Pontchartrain y del Delta del Misisipi se derrumbaron. Fue ahí cuando comenzó una etapa clave para el gobierno de George Bush, quien era presidente de EEUU, una de las decisiones más cuestionadas del gobierno de turno fue cuando sacaron de su cargo al jefe de la Agencia de la Dirección de Emergencia Federal, Michael D. Brown, por temores de que su demora en responder al desastre afectara la figura política de Bush. Sin embargo, el ex mandatario republicano recibió una lluvia de críticas por actuar demasiado, tarde para hacer frente a la tormenta.

Es verdad que desde las inundaciones la ciudad recuperó puentes, carreteras, escuelas y hospitales y el Ejército reconstruyó 300 kilómetros de terraplenes. Con la ayuda de donaciones privadas, como la del actor Brad Pitt, que construyó 150 unidades inmobiliarias con paneles solares, en la periferia se levantaron barrios nuevos. Pero los 143.000 millones de dólares enviados por el gobierno a la ciudad se aplicaron, a decir de Perry, en dos velocidades durante estos cinco años: una para los blancos y otra para los negros. Por otra parte una reciente encuesta de Pew Research Center señala que el 57 % de los estadounidenses -6 de 10- creen que el país no está mejor preparado para soportar otra tragedia natural como un huracán.