Hay diversas formas de expresar que uno consiente una relación sexual. Un gemido, por ejemplo, podría considerarse una señal. Hay muchas más. La legislación danesa estudia por estos días el repertorio de señales que podrían manifestar esa conformidad. Movimientos del cuerpo, gestos, palabras y hasta mensajes escritos podrían ingresar en la lista.
Ocurre que el gobierno socialdemócrata del país escandinavo acaba de salir al ruedo con un plan de reforma legal que tiene grandes chances de ser aprobado en octubre y considera violación a aquellos actos sexuales "que no cuenten con consentimiento expreso".
Tiene que ser un "sí" voluntario, claro, y "de acuerdo a las circunstancias de cada situación", explicaron fuentes gubernamentales. Enumeradas, las variaciones son un tanto cómicas: “besos, caricias, sonidos de placer o movimientos relevantes (…) ayudar a quitarse la ropa, realizar movimientos durante el coito o similares” serán considerados índices positivos.
Cambio de paradigma
Por más que a algunos latinoamericanos pueda parecerles ridículo, el cambio responde a razones profundas. Desde el oficialismo danés lo consideran un nuevo paradigma. Si antes se consideraba violación a las relaciones sexuales forzadas, ahora ese concepto se amplía para los actos no consentidos. De esta forma, toda una serie de acosos laborales y callejeros que estaban en un "gris legal" pasarán a considerarse ofensas.
"Es un paso enorme para la igualdad”, opinó el ministro de Justicia danés, Nick Hækkerup.
Si todo va bien, la reforma podría aplicarse a partir de 2021. Antes deberá pasar por el Parlamento, donde la alianza gobernante tiene mayoría. Pero atención: en ese caso, para dar el sí al proyecto alcanzará con apretar un botón.