Equipos de rescate continuaban ayer buscando supervivientes tras el alud de barro y residuos minerales que arrasó el jueves pasado siete poblados del Sudeste de Brasil en uno de los peores accidentes mineros del país.

La avalancha provocada por la ruptura de los diques de dos depósitos de desechos de un complejo minero sepultó decenas de viviendas en siete distritos del municipio brasileño de Mariana y dejó al menos un muerto, 16 heridos, 25 desaparecidos y 530 damnificados. El alud barrió todo lo que encontró a su paso a lo largo de unos 60 kilómetros. Para Fernando Pimentel, el gobernador de Minas Gerais (estado al que pertenece Mariana), la riada fue ‘el mayor desastre ambiental‘ ocurrido en este estado, el segundo más poblado de Brasil, y que ya ha sufrido varios accidentes similares, puesto que es una importante región minera.

Un muro de agua llena de material de desecho de la mina cayó por la ladera de una colina cuando los diques colapsaron el jueves, hundiendo al poblado de Bento Rodrigues y a sus 600 residentes en un mar de lodo e inundando a otras zonas lejanas a la mina a tajo abierto.

Los dos pueblos más castigados son Bento Rodrigues y Paracatú de Baixo, dependientes del municipio de Mariana, y donde pocos edificios quedaron en pie. Bento Rodrigues está ubicado a unos 150 kilómetros al Sudeste de Belo Horizonte, la tercera ciudad más grande de Brasil y la capital de Minas Gerais.

De Bento Rodrigues sólo quedaron muros destruidos y vehículos retorcidos en el fango. Mientras socorristas intentaban rescatar a un caballo atrapado en el barro, bomberos indicaron que más de una decena de personas resultaron heridas y afectadas por productos tóxicos, por lo que fueron sometidos a un proceso de descontaminación de hierro mediante el uso de agua y jabón.

‘Escuché un grito y vi que el agua avanzaba rápido, con unos 15 o 20 metros de altura‘, dijo el sobreviviente Antonio Santos, un trabajador que estaba en su hogar cuando se rompieron los diques.

La empresa Samarco es propietaria de la mina, cuyo control es compartido por la brasileña Vale y la australiana BHP, dos de las mayores mineras del mundo. En las búsquedas participan unos 200 efectivos de los bomberos, la Policía, la Defensa Civil y el Ejército, cuerpos que sólo consiguieron llegar a las zonas más afectadas ayer, una vez que el barro se solidificó.

La mayoría de los desaparecidos, trece de ellos, son trabajadores de la mina. Otras doce personas, de ellos por lo menos tres niños de cinco a siete años, son vecinos de Bento Rodrigues. Este pueblo fue prácticamente borrado del mapa, pues la avalancha destruyó 158 de las 180 casas que lo componían.

Samarco informó que el lodo no es tóxico puesto que está compuesto por sílice, mineral encontrado en la arena. La empresa todavía desconoce los motivos de la ruptura de los diques, uno de los cuales tenía agua y el otro, los residuos producidos durante la extracción de hierro.

Todavía no hay una hipótesis oficial sobre lo que causó la rotura del dique y aunque se apunta a un pequeño sismo que ocurrió en el lugar, vecinos hablan de ‘tragedia anunciada‘ ya que no había sirenas ni protocolos ante posibles emergencias. El barro cubrió viviendas en Aguas Claras, Ponte do Grama, Pedras, Barra Longa y Gesteiras. El único fallecido confirmado es un trabajador de Samarco, que murió de un paro cardíaco cuando presenciaba la ruptura de los diques.