Francia puso en marcha ayer una polémica expulsión de gitanos con la deportación de casi 80 niños, mujeres y hombres, en la primera operación de este tipo desde que el presidente Nicolás Sarkozy anunció un endurecimiento de su política hacia una de las minorías más vulnerables de Europa.
El gobierno, que vincula a los gitanos con la delincuencia y la mendicidad, prevé repatriar a unos 700 gitanos de aquí a fin de mes a sus países de procedencia, Rumania y Bulgaria. Las deportaciones forman parte de lo que el gobierno define como una serie de iniciativas contra la inmigración ilegal, y llegan luego de que las autoridades desmantelaran en las últimas tres semanas 51 campamentos de gitanos que consideraba ilegalmente establecidos.
Un primer grupo de 14 gitanos de etnia romaní que aceptaron el llamado "procedimiento de retorno voluntario" partieron ayer en un vuelo desde París y llegaron a Bucarest al mediodía, informó el Ministerio de Relaciones Exteriores rumano.
Un segundo grupo de 61 gitanos salió en otro vuelo desde la ciudad de Lyon con destino a otro aeropuerto de la capital rumana. El Ministerio del Interior había dicho que 79 gitanos saldrían en este vuelo, pero Prefectura dijo que sólo 61 se hicieron presentes en el aeropuerto.
El gobierno planea expulsar hoy a 132 gitanos hacia Timisoara, en el oeste de Rumania, y Bucarest, y a 160 más el 26 de agosto, así como conceder 300 euros a cada adulto y 100 por niño, informaron desde el Ministerio.
Los países europeos han enviado a los gitanos a sus países de origen en el pasado, y unos 10.000 fueron repatriados desde Francia en el 2009.
Sin embargo, las últimas deportaciones han sido denunciadas por los grupos de defensa de los derechos humanos, que dicen que se corre el riesgo de estigmatizar a una comunidad por completo. El gobierno francés recibió muchas críticas, entre entre ellas la del ministro de Exteriores de Rumania, Teodor Baconschi, quien dijo estar preocupado por el riesgo de que haya "reacciones xenófobas" a esta campaña. Sin embargo las autoridades volvieron a defender la medida.

