Los especialistas que evalúan el estado del bebé británico Charlie Gard, cuyo padres quieren llevar a Estados Unidos para un tratamiento experimental, aseguraron ayer que el resultado del último escáner muestra una “triste lectura” sobre su salud, durante una audiencia preliminar al fallo que dará el lunes el máximo tribunal de Londres, que ordenó desconectarlo del respirador artificial que lo mantiene con vida.
Katie Gollop, la abogada que representa al hospital londinense Great Ormond Street, donde está internado el pequeño, realizó estas declaraciones luego de las últimas pruebas que le hicieron y señaló que los médicos sostienen que el bebé no mejorará y abogan por desconectar las máquinas que lo sustentan, para que pueda morir con dignidad.
Estas afirmaciones, realizadas en una audiencia preliminar celebrada ayer en el Tribunal Superior de Londres que el próximo lunes debe tomar una decisión sobre el caso, enfurecieron a los padres del niño, Connie Yates y Chris Gards, que calificaron este último informe de los expertos de “malvado” y “sesgado”.
“Ni siquiera hemos podido leerlo”, apuntó la madre antes de abandonar la sesión entre lágrimas y acompañada por su pareja. “Lo siento mucho, no era mi intención causar angustia”, dijo la abogada del hospital.
Los padres quieren que Charly sea tratado en Estados Unidos con una terapia de nucleósidos que está en fase experimental y aún no ha sido probada en ratones. El bebé padece el síndrome de depleción de ADN mitocondrial, un extraño desorden que inhabilita la capacidad del cuerpo de dar energía a los músculos, hasta que sobreviene un fallo respiratorio.