Al reconocer la falta de controles del Estado chileno en materia de seguridad minera, el experto Manuel Hidalgo González reconoció a DIARIO DE CUYO que el trágico yacimiento de oro y cobre ubicado al Norte de Chile siempre "ha estado explotado de manera poco racional".
El especialista chileno dirige el departamento de Minas de la Universidad de Atacama, ubicada a unos 45 kilómetros de la mina San José, donde unos 33 trabajadores permanecen atrapados tras un preocupante derrumbe ocurrido el jueves pasado. El ingeniero geomensor consideró que una de las principales fallas de este yacimiento minero ubicado en la III Región (Atacama) es que "no tiene salida auxiliar de emergencia". De todos modos, reconoció que en este caso es muy "costoso" hacer estos caminos auxiliares por tratarse "de una mina que tiene 700 metros de profundidad" y 6 kilómetros de extensión. Al admitir que el yacimiento está sobreexplotado y que no respeta las normas de seguridad, Hidalgo González enumeró que "faltan pilares de contención" en la mina, además de mencionar deficiencias en las mallas, que son las paredes de los túneles y conductos.
Precisamente, los trabajadores ya venían comentando que la mina "lagrimeaba", lo que significa que las paredes soltaban pequeñas rocas y que podía ser un síntoma de que podría producirse un derrumbe en esta mina que tiene más de 125 años.
La mina San José está ubicada en el árido desierto de Atacama, cercano a la ciudad de Copiapó, que es la capital del la III Región. El yacimiento es un socavón dentro de un cerro al que se accede por una rampa que desciende en forma de espiral. La chimenea de ventilación, en cambio, es vertical. Se estima que los 33 trabajadores estarían a una profundidad de entre 300 y 350 metros.
Al explicar las causas habituales de este tipo de accidentes, Hidalgo González arriesgó que "como se sacó una gran cantidad de material cuando se hicieron las perforaciones en la mina, la presión que ejerce el resto del material rocoso del cerro es enorme. Encima la presión se multiplica porque son muy profundas las excavaciones que debieron hacerse para realizar los túneles" en Atacama. En ese sentido, advirtió que las autoridades no realizaron "monitoreos regulares para conocer el comportamiento de las rocas", que son de "mala calidad y se desmoronan fácilmente".
Según recordó el experto, "el derrumbe fue interno, no en la entrada del túnel" de la mina ubicada a 800 kilómetros al norte de Santiago, la capital chilena. "Lo que se sabe es que el colapso ocurrió como a dos kilómetros de la boca de entrada, pero no se sabe cómo está el resto del túnel desde ese lugar hacia abajo", describió.
En cuanto a las chances de supervivencia, dijo que la vida de los 33 trabajadores "depende del aire que haya abajo. Como el cerro se desplomó, es probable que se hayan formado grietas y eso puede permitir el ingreso de aire. Si no, las posibilidades no son muy grandes. En cuanto a los seis sondajes que están haciendo los rescatistas, explicó que "se trata de pequeños túneles de 20 a 30 centímetros de diámetro elaborados para poder contactarse con las víctimas". Al referirse al operativo de rescate, explicó que ya llegaron de otros países equipos especiales como cámaras de video y otros mecanismos de audio para poder establecer contacto con las víctimas.
Tras considerar que si hubieran más controles del Estado "ocurrirían muchos menos accidentes", Hidalgo González calificó de "ineficiente" al Servicio Nacional de Geología y Minería (que se encarga de controlar todas las minas de la región). Tienen dos funcionarios de terreno y dos de oficina para controlar más de 600 minas.

