Bajo el liderazgo del expresidente Raúl Castro, Cuba inició ayer el proceso de reforma de su Constitución (1976) para adaptarla a los cambios económicos y sociales de los últimos diez años, aunque sin modificar un ápice el sistema político vigente desde hace seis décadas.
Castro, primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal), de 86 años, presidirá la comisión de 33 representantes de diversos sectores sociales creada para redactar la nueva versión
de la carta magna, anunció el actual presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, durante una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral).
El hermano menor de Fidel Castro, que presidió el país desde 2008 -y de forma interina desde dos años antes- hasta dar el relevo a su sucesor el pasado abril, intervino brevemente en la sesión para
anunciar que la comisión constituyente comenzaba a trabajar ayer mismo.
Esta comisión redactará un anteproyecto de la nueva Constitución que refleje "las condiciones económicas y sociales que han ido cambiando con el cursar del tiempo", definió Díaz-Canel en su
discurso frente a los casi 600 diputados presentes ayer en la Cámara.
Se espera que, en la práctica, la reforma sirva para dar amparo constitucional al incipiente sector no estatal -los llamados cuentapropistas (operadores de pequeños negocios en sectores establecidos por el Gobierno)-, así como legitimar la propiedad privada y dar más derechos a la comunidad LGTB (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales). En este último aspecto se han producido recientes avances.