Corea del Norte, cuyo reciente ensayo nuclear fue condenado internacionalmente, amenazó ayer con atacar a su vecino del sur después de que los surcoreanos se unieran al plan de Estados Unidos para inspeccionar barcos que podrían transportar equipos para armas de destrucción masiva.

De esa manera, Corea del Norte dio ayer un paso más en su cadena de desafíos iniciada este lunes con su prueba nuclear, amenazando además a Corea del Sur con dar por finiquitado el armisticio con que concluyó en 1953 la guerra entre ambos países.

Corea del Norte anunció que responderá con un ataque militar si sus buques son interceptados y que además no garantiza la seguridad de los barcos extranjeros en el Mar Occidental (Mar Amarillo), donde en años recientes los dos país mantuvieron enfrentamientos armados.

La península coreana es una de las zonas más militarizadas del mundo, con un millón de soldados de Corea del Norte, 655.000 de Corea del Sur y otros 28.500 militares estadounidenses asentados en territorio de su aliado surcoreano desde final de la guerra.

Desde el lunes Corea del Norte ha efectuado su segundo test nuclear y ha lanzado al menos cinco misiles de corto alcance -ayer se informó del último de ellos-, haciendo caso omiso a las advertencias de EEUU, Japón, Corea del Sur o la misma ONU.

Potencias clave del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas acordaron en principio que Corea del Norte debe enfrentar sanciones por desafiar una resolución de la ONU al hacer estallar un segundo dispositivo nuclear, dijeron el miércoles diplomáticos occidentales.

A su vez, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, advirtió ayer a Corea del Norte de las consecuencias que tendrán sus amenazas y sus ensayos nucleares, que calificó como unas "acciones provocativas y beligerantes".