Una nueva masacre conmocionó ayer a EEUU, luego que un hombre abriera fuego dentro de un boliche gay en Orlando (Florida), tomara rehenes, matara a 50 personas e hiriera a unas 53 ayer por la madrugada.
‘Aunque es una etapa temprana de la investigación, sabemos bastante para afirmar que fue un acto de terrorismo‘, dijo el presidente de EEUU, Barack Obama, durante una conferencia en la Casa Blanca.
Un hombre, identificado como Omar Seddique Mateen, ciudadano estadounidense hijo de inmigrantes de Afganistán que aun no había cumplido 30 años, y que según algunas fuentes había jurado lealtad a la milicia extremista Estado Islámico (EI), sembró de cadáveres la discoteca Pulse antes de caer el mismo víctima de las balas. El atacante fue abatido por la Policía en el club nocturno.
El tiroteo se convirtió en un atentado con el correr de las horas luego de que agentes del FBI informaran que el atacante había jurado lealtad a la milicia extremista Estado Islámico (EI), que domina Irak y Siria.
Estado Islámico asumió ayer la autoría de la matanza, según un comunicado difundido por la agencia de noticias Amaq, vinculada a los yihadistas. Dentro de la discoteca Pulse había unas 350 personas cuando se produjo el ataque, las que participaban de un evento dedicado a la música latina.
El sangriento ataque es considerado como la mayor matanza en EEUU desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, cuando islamistas secuestraron tres aviones y los estrellaron contra el World Trade Center de Nueva York, la sede del Pentágono en Washington y en Pensilvania, y mataron a cerca de 3.000 personas. Además, la matanza de ayer es considerada el peor tiroteo masivo de un agresor solitario en EEUU.
Un oficial de la Policía que trabajaba en Pulse, que funciona en el centro de Orlando desde 2004, intercambió disparos con el sospechoso alrededor de las 02.00 hora local, dijo un vocero oficial.
‘Todos salieron de Pulse y siguieron corriendo‘, escribió el gerente del club en Facebook. Rápidamente se produjo una situación con rehenes y tres horas más tarde entró en el local un escuadrón policial que hirió mortalmente al atacante. No estaba claro en qué momento el hombre armado disparó a las víctimas. El sospechoso portaba un rifle de asalto y una pistola, dijo el alguacil del condado de Orange Jerry Demings además de un ‘dispositivo‘ no identificado, según el jefe de Policía de Orlando, John Mina.
Decenas de aterrorizados clientes fueron rescatados, algunos de los cuales se habían escondido en los baños de la discoteca Pulse,
frecuentada por homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales. Uno de los agentes fue herido por un balazo en su casco durante el intercambio de disparos con el atacante.
El agente especial Ron Hopper dijo que el atacante ‘estaba bien preparado‘ y los medios identificaron el arma semiautomática como una AR-15, la misma arma de asalto que dispara 30 tiros por minuto. El jefe de la policía local, John Mina, explicó que el tiroteo comenzó alrededor de las dos de la mañana afuera del boliche. El atacante se enfrentó en la calle con oficiales y luego se metió dentro del boliche, donde en ese momento había más de 300 personas. Además contó que a las 5 la policía consiguió liberar a los rehenes que se refugiaron en el baño, mató al atacante y realizó una explosión controlada sobre un ‘artefacto‘. El club Pulse, en el centro de Orlando, publicó en su pagina de Facebook después del ataque un mensaje en el que pedía que todo el mundo saliera del local y corriera. Mateen murió en un enfrentamiento con la Policía, que entró al local para liberar a los rehenes que él había tomado después de disparar en todas las direcciones. Tras el tiroteo, Florida declaró estado de emergencia.

