El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) venezolano condenó, desde el exilio, al presidente Nicolás Maduro a 18 años y tres meses de prisión por hechos de corrupción vinculados con la constructora brasileña Odebrecht.

 

Además, le ordenó el pago de 35 millones de dólares como resarcimiento al Estado y lo inhabilitó para ejercer cargos públicos.

 

“Aquí hay un ejemplo de que sí se puede condenar a los corruptos y rescatar el patrimonio que ha desaparecido de las arcas de nuestro país”, expresó uno de los jueces del tribunal, Miguel Ángel Martín.

 

Sin embargo, como el TSJ instalado en Colombia no es reconocido en Venezuela, el fallo no será respetado.