Decenas de miles de personas acudieron ayer a dar el último adiós al senador Ted Kennedy, cuyos restos mortales yacen en un ataúd cerrado frente a un gran ventanal con vistas al mar en la Biblioteca Presidencial JFK en Boston.
Los restos del senador fueron trasladados a Boston desde la residencia familiar en Hyannis Port, donde falleció la noche del martes a los 77 años a raíz de un cáncer cerebral.
Según la oficina de Kennedy en Massachusetts, estado al que representó durante casi cinco décadas, unas 25.000 personas rindieron tributo al senador. La avalancha de visitantes obligó a la biblioteca a extender la hora de cierre hasta bien entrada la madrugada.
Las muestras de afecto hacia un político miembro de una poderosa y rica dinastía política al que se le recuerda, sin embargo, como un "hombre del pueblo" continuaron ayer en el funeral privado que recibió el nombre de "Celebración de una vida". Ello se debe a que el senador dedicó su carrera a luchar por los enfermos y discapacitados, los inmigrantes y refugiados y las madres y niños pobres.
