La estación espacial china Tiangong-1 reingresará por estas horas a la atmósfera. Por eso, el Ministerio de Seguridad de la Nación consideró ayer que los edificios son los lugares más seguros ante la posible caída, pero con baja peligrosidad, de restos de la estación espacial China Tiangong-1.
Según nuevas estimaciones de la Agencia Espacial Europea (ESA), la estación espacial china podría entrar en la atmósfera terrestre entre hoy a la noche y mañana por la mañana, ya que cae más lentamente de lo previsto en un primer momento.
La estación espacial china Tiangong-1, sin control desde 2016, reingresará a la atmósfera terrestre como una bola de fuego y sus fragmentos podrían caer en la Argentina. Así lo advirtió la Secretaría de Protección Civil del Ministerio de Seguridad a partir de datos de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae).
“Se advierte que los peligros son bajos, pero que el fenómeno existe. Por la distribución de océanos y masas continentales, en el hemisferio sur, donde se ubica nuestro país, es más probable que los fragmentos caigan en el mar”, informó el Ministerio de Seguridad en un comunicado.
“El riesgo para nuestro país es ínfimo porque todo el territorio continental argentino es el 0,35% de la superficie del planeta que puede ser impactada por fragmentos de la estación espacial”, agregó la Dirección de Comunicación de la cartera comandada por Patricia Bullrich.
La primera estación espacial del Programa de Ingeniería Espacial Tripulada de China, Tiangong-1 o “Palacio Celestial”, un laboratorio experimental, fue lanzada el 30 de septiembre de 2011 desde Jiuquan, China. Estaba previsto que la nave efectuara un reingreso controlado hacia el final de su vida útil, pero dejó de funcionar en marzo de 2016, cinco años después de que fuera puesta en órbita, y desde entonces está cayendo lentamente en un reingreso no controlado a la atmósfera de la Tierra.
A través de un comunicado, la Secretaria de Protección Civil de la cartera de Seguridad precisó que “es poco probable que los fragmentos causen daños de edificios, por lo que se consideran más seguros que los lugares abiertos. Sin embargo, es recomendable mantenerse alejado de ventanas y puertas de vidrio”.
Así mismo, aclaró que “dentro de los edificios, los lugares más seguros para posicionarse durante el eventual impacto son, para los edificios de ladrillo, debajo de las bóvedas de los pisos inferiores y de las puertas insertadas en los muros de carga”. Y para los edificios de hormigón armado, “cerca de las columnas o cerca de las paredes”, añadió.
Los fragmentos pueden ser pequeños, poco probables de ser vistos antes del impacto, o grandes, que son los que podrían sobrevivir y contener sustancias químicas corrosivas. En este sentido, se recomendó a “cualquier persona que vea un fragmento, que no lo toque y se mantenga a una distancia mínima de 20 metros, informando de inmediato a la autoridad policial local o a la fuerza federal más próxima”.
De acuerdo con la trayectoria calculada, el reingreso de los fragmentos “se producirá en una franja de nuestro planeta comprendida entre los paralelos de 44´ norte y 44´ sur, abarcando una extensión de continentes y océanos que, en el continente americano va desde las cercanías del límite entre Canadá y los Estados Unidos y la Península Valdés o entre España y Sudáfrica”. No se descarta que puedan caer en Bariloche, Neuquén, Bahía Blanca y Viedma. Télam
Estiman una masa de 7,5 toneladas
El Tiangong-1, de 10,4 metros de largo, el primer laboratorio espacial de China, fue lanzado a órbita en 2011 para llevar a cabo experimentos de acoplamiento como parte del ambicioso programa espacial chino, que tiene como objetivo colocar una estación permanente en órbita para el 2023.
El avance del programa espacial de China es una prioridad para el presidente Xi Jinping, quien ha pedido a Pekín que se convierta en una potencia mundial con vuelos espaciales civiles avanzados y capacidades que fortalezcan la seguridad nacional.
La Agencia Espacial Europea calculó ayer que Tiangong-1 entrará en la atmósfera en la tarde de hoy o en la madrugada de mañana, en una ventana centrada alrededor de las 23.25 horas GMT (20.25 de Argentina) del 1 de abril. Se estima que actualmente tiene una masa de 7,5 toneladas. Su estructura está compuesta por dos módulos principales con una longitud de 10,4 metros y un diámetro medio de 3,5 metros. Tiene dos paneles solares de 3 por 7 metros. Su descenso es monitoreado por agencias de todo el mundo: podría dispersar desechos sobre miles de kilómetros. “Por la experiencia en reentradas anteriores de este tipo de naves, se puede deducir que Tiangong-1 se desintegrará durante la reentrada en la atmósfera y que sólo algunas partes sobrevivirán al proceso y llegarán a la superficie terrestre”, informó la Conae.