Estados Unidos, 19 de noviembre.- La historia ficticia ya es conocida: Carl Frederickson, un viudo de 78 años, decide viajar en su casa atada a globos hacia la cima del salto Ángel en el Parque Nacional Canaima en Venezuela por amor a su esposa fallecida.

Aunque la motivación es menos romántica, la aventura de Trappe también sorprende. Durante el Festival Internacional de Globos, en la ciudad de León, México, comenzó un viaje de 2.500 millas a través de una laguna en un bote salvavidas levantado por 365 globos de helio.

El aventurero de Carolina del Norte realizó esta actividad como calentamiento para la odisea principal: cruzar el océano Atlántico el próximo verano, hazaña en la que lleva invertidos 170 mil dólares y para la cual se viene entrenando hace años.