La tasa de mortalidad en Moscú se duplicó a unas 700 muertes por día en los últimos días debido al humo con sustancias tóxicas proveniente de los incendios que rodean la ciudad y las morgues apenas pueden almacenar los cuerpos antes de cremarlos o incinerarlos.

Andrei Selzovski, jefe de los servicios médicos de Moscú, afirmó que "se duplicó la tasa de mortalidad diaria en Moscú por el humo tóxico de los incendios" ya que ahora "están muriendo unas 700 personas por día, cuando la tasa normal diaria se sitúa entre 360 y 380".

La concentración de monóxido de carbono tóxico en el aire supera unas seis veces los valores soportables en Moscú y los meteorólogos no esperan que la situación mejore antes de mañana miércoles.

Moscú sufre desde hace semanas una ola de calor con temperaturas cercanas a los 40 grados, que tuvo como consecuencia numerosos incendios forestales en sus alrededores.

Los depósitos de cadáveres y hospitales estaban repletos, las funerarias vendían con rapidez ataúdes y un cartel en un crematorio decía tener todas sus horas pedidas.

"Hoy tenemos 80 cuerpos. Los almacenamos donde podemos porque los refrigeradores están repletos", dijo a Reuters un guardia de la morgue del hospital número 62, diseñada para contener hasta 35 cadáveres. También los despachos de ambulancias en Moscú han subido cerca de un cuarto a 10.000 diarios, y los problemas relacionados con enfermedades coronarias, asma bronquial y apoplejías también han aumentado.

Bomberos combatían los incendios que cubrían 1.740 Km cuadrados -más que el área del Gran Londres- en lo que los meteorólogos estatales dijeron era la peor ola de calor en Rusia en un milenio por lo que el mundo empezó a enviar su ayuda.

Francia envió aviones, maquinaria pesada y 120 bomberos. En los alrededores de Moscú unos 100 especialistas búlgaros se unieron a las fuerzas rusas para intentar detener el fuego.

Además, ayer se esperaba la llegada de unas 100.000 mascarillas brindadas por Alemania para la población de la capital.

El vicealcalde de Moscú, Piotr Birjukov, pidió a las empresas que reduzcan sus actividades con el fin de aminorar la contaminación. Asimismo, Birjukov pidió a los locales comerciales que pongan a disposición ambientes climatizados para personas que puedan sufrir problemas de salud.

Ante los imparables incendios forestales, autoridades rusas decretaron el estado de emergencia en torno al centro de tratamiento y almacenamiento de residuos nucleares de Maiak, en los Urales.

Maiak fue en 1957 el escenario de la mayor catástrofe atómica, antes de la de Chernobil, en 1986. Entonces murieron 200 personas. La radioactividad contaminó una zona de unos 100 Km cuadrados.