El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en el poder desde 1999, apuesta por el triunfo de su partido, el PSUV, en las parlamentarias de este domingo para consolidar la ruta de su "revolución bolivariana" con miras a las presidenciales de 2012.

Chávez, de 56 años y cuya figura carismática volvió a centrar la campaña, no ha escatimado en repetir que las fuerzas "revolucionarias" deben triunfar, y "por paliza", para así "mantener la hegemonía".

La atomizada oposición venezolana se retiró a última hora de las legislativas de aquel año, alegando presuntas irregularidades en el proceso, y sólo un puñado de diputados, ex aliados del "chavismo", actúan ahora como opositores en el Parlamento unicameral.

La campaña electoral, en un país donde se han celebrado al menos una decena de consultas en los últimos 11 años, se ha desarrollado en medio de la crispación y polarización políticas que marcan a Venezuela desde que Chávez asumió el poder.

Las únicas variantes son, en el orden político, que los partidos minoritarios Patria Para Todos (PPT) y Podemos, que llegaron a la Asamblea de la mano del "chavismo" pasaron a la oposición, mientras en lo económico y social, el país petrolero enfrenta una dura crisis y altos índices de violencia que afectan la imagen del Gobierno.

Los analistas coinciden en que las fuerzas oficialistas concentradas en el Partido Socialista Unido de Venezuela y en su aliado Partido Comunista de Venezuela (PCV) obtendrán la mayoría parlamentaria en los comicios, a los que han sido convocados unos 17,7 millones de electores.

La duda está en si alcanzarán los dos tercios de los 165 escaños exigidos por Chávez sus correligionarios, unos dos tercios (110 diputados) necesarios para controlar la Cámara.

En los numerosos mítines del socialismo que ha encabezado en todo el país en las últimas semanas, Chávez ha sostenido la necesidad de "mantener la hegemonía para garantizar la continuidad de la gloriosa "revolución" bolivariana".