El Vaticano dijo ayer que hizo una revisión en profundidad de sus leyes sobre abusos sexuales a menores, en el último intento por afrontar un escándalo que sacudió a la Iglesia Católica en todo el mundo. Los cambios, los primeros en nueve años, afectan a los procedimientos de la Iglesia para expulsar a los sacerdotes que lleven a cabo abusos. Convierten algunas normas legales, que hasta ahora sólo estaban permitidas en circunstancias excepcionales, en reglas globales para afrontar la crisis.
"Esto demuestra que somos muy, muy serios con nuestro compromiso para fomentar un ambiente seguro y ofrecer una respuesta adecuada a los abusos", dijo monseñor Charles Scicluna, un dirigente de doctrina del Vaticano que ayudó a revisar las normas, en una rueda de prensa. "Si hacen falta más cambios, se harán", agregó.
En las revisiones, el estatuto de limitaciones para casos de abusos sexuales se amplía a 20 años después de cumplir la víctima los 18 años, frente los 10 años que estipulaban las viejas reglas, lo que significa que las víctimas podrán presentar cargos hasta que cumplan los 38 años.
Esto es significativo porque muchas personas que sufrieron abusos de sacerdotes cuando eran niños no encontraron el valor o el apoyo moral y legal para hacerlo hasta ser adultos. El portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, dijo que el estatuto de las limitaciones podría ampliarse incluso más en algunos casos.
Los cambios son una actualización de un documento denominado Motu Proprio (del latín "por su propia voluntad") publicado por el fallecido Papa Juan Pablo en el 2001 para hacer frente a varios delitos graves contra la ley de la Iglesia. En otros cambios, el sacerdote que abuse sexualmente de un adulto con discapacidad mental será tratado como si el discapacitado fuera un menor de edad y podría acarrear la expulsión del sacerdocio.
Las revisiones también permiten a los obispos expulsar a los curas si existen pruebas claras de abuso sexual sin necesidad de juicios canónicos (eclesiásticos), que pueden ser largos y costosos. La Iglesia podrá expulsar a dichos sacerdotes en tales casos por decreto.
También especifican que los sacerdotes que compren, posean o distribuyan pornografía infantil serán considerados infractores de un delito grave sujeto a la misma acción disciplinaria que los abusadores.
En una decisión inesperada, el Vaticano también tipificó como "delito grave" contra la ley de la Iglesia el "intento de ordenación de una mujer" para cumplir con un decreto del 2007 que hacía frente a un creciente movimiento a favor del sacerdocio femenino. La Iglesia Católica enseña que no se puede ordenar mujeres como sacerdotes porque Cristo eligió sólo hombres como sus apóstoles.

