La Iglesia, que desde hace 85 años sustenta el Cristo Redentor, la mayor atracción turística de Río de Janeiro, decidió pedirle ayuda a las empresas y a los fieles para mantener la estatua de 30 metros que corona el cerro del Corcovado de esa ciudad brasileña.
Una campaña para recaudar fondos para el mantenimiento del monumento, elegido en 2007 como una de las nuevas siete maravillas del mundo, será lanzada el próximo martes en un acto en la cima del Corcovado encabezado por el arzobispo de Río de Janeiro, el cardenal Orani Joao Tempesta, según anticipó ayer el Santuario del Cristo Redentor en su página en internet.
La campaña ‘Amigos del Cristo Redentor‘ se propone dejar claro que, pese a la importancia turística del monumento, su mantenimiento es una responsabilidad exclusiva de la Archidiócesis de Río de Janeiro, su propietario, y que ahora ‘necesita ayuda‘ para financiar los casi 5 millones de reales (unos 1,47 millones de dólares) de gastos anuales que demanda el monumento.
De acuerdo con el Santuario del Cristo Redentor, la campaña también quiere recalcar que la Archidiócesis no recibe nada de los 70 reales (unos 20,5 dólares) que paga cada uno de los turistas para acceder a una atracción que recibe cerca de tres millones de visitantes al año.
Los ingresos son vendidos por los administradores del Parque Nacional de Tijuca, la reserva ambiental en la que está ubicado el cerro del Corcovado y que pertenece al Gobierno federal de Brasil.
Emergencia
Para costear el mantenimiento del monumento, la Archidiócesis cuenta con la ayuda de algunas empresas que a cambio pueden explotar comercialmente la imagen del monumento, entre ellas multinacionales de la talla de Master Card, Pirelli y Samsung.
Pero esas ayudas no son suficientes para financiar las obras de emergencia que serán necesarias en 2017, alega el Santuario del Cristo Redentor. Según un comunicado del organismo, la empresa Cone Sul Construcciones presentó en noviembre pasado un informe en el que alertó sobre la necesidad de ‘intervenciones de emergencia en 2017 para evitar el riesgo eminente de daños irreversibles y otras que garanticen su conservación preventiva‘.
La empresa alega que las obras son urgentes porque el monumento ‘sufre un gran número de descargas atmosféricas (entre 3 y 5 rayos al año) que exigen montar un nuevo sistema de pararrayos y revisar
todo la red eléctrica‘.
De acuerdo con el Santuario, además de los gastos fijos anuales de mantenimiento por 3 millones de reales (unos 882.000 dólares), es necesario costear algunos no previstos, provocados por los fenómenos climáticos que afectan a la estatua.
La Archidiócesis también necesita anualmente de unos 1,3 millones de reales (unos 382.350 dólares) para pagar los salarios de sus empleados en el Cristo Redentor y otros 720.000 reales (unos 211.765 dólares) de los proyectos sociales que dependen de la atracción.
Los recursos aportados por los patrocinadores se redujeron como consecuencia de la grave recesión que enfrenta Brasil y dejaron de ser suficientes para financiar los cinco millones de reales de costo anual.
‘La crisis está por todos lados. Estamos con dificultades de conseguir nuevos socios y no tenemos garantías de que los actuales continúen. Hasta el diezmo de la Iglesia se redujo‘, aseguró en declaraciones al portal G1 el coordinador de comunicación de la Archidiócesis, el sacerdote Marcos William. Efe