El brote de la bacteria intestinal Escherichia coli y su cepa O157:H7 que se ha extendido por toda Alemania se ha cobrado una segunda víctima, una anciana de 89 años que falleció ayer en el estado federado de Schleswig-Holstein, en el Norte del país, informaron las autoridades sanitarias.

Además, se sospecha que la muerte, también en el norte de Alemania, de otras dos mujeres por diarreas sangrientas -uno de los síntomas de infección en los casos más graves- puede estar relacionada con el brote, mientras el número de posibles infectados por el germen supera ya los 600.

Mientras, el Instituto Robert Koch de Berlín informó que hay 140 personas en estado grave, afectadas por un síndrome urémico hemolítico (SUH), que provoca la bacteria y se caracteriza por insuficiencia renal, anemia hemolítica microangiopática y trombocitopenia, entre otros síntomas.

Las autoridades sanitarias de 14 de los 16 Estados federados han comunicado la existencia de casos de infección por este germen, aunque la mayoría de enfermos se registra en el norte del país. “Este desarrollo supera dimensiones históricas”, declaró el microbiólogo Werner Solbach, de la clínica universitaria de Schleswig-Holstein. La titular alemana de Protección al Consumidor, Ilse Aigner, calificó de “preocupante” la propagación del brote.

“De momento, todavía no podemos decir cuál es el foco”, advirtió la ministra en declaraciones a la cadena pública de televisión ARD. Al parecer, se trata de una cepa de la bacteria Escherichia coli de alta resistencia a los antibióticos, lo que dificulta el tratamiento, y que afecta principalmente a mujeres y niños.

Lo poco habitual de este brote es que afecte principalmente a mujeres adultas y también que se haya registrado en tan poco tiempo un número tan elevado de casos.