El nacionalista de untraderecha Jair Bolsonaro juró ayer como presidente de Brasil y en su primer discurso llamó al Congreso a combatir la corrupción endémica y prometió que pondrá fin a las "prácticas nefastas" que condujeron al gigante sudamericano a la mayor crisis ética y moral de su historia.
Durante el discurso de asunción de 10 minutos ante el Congreso, también ratificó que impulsará reformas estructurales para sanear las cuentas públicas, que se considera como una de las mayores amenazas para la economía del país. De igual manera, habló de mantener la tradición judeo-cristiana y prometió luchar "contra la ideología de género. Y celebró que con su investidura como jefe de Estado, Brasil comienza a "liberarse del socialismo, de la inversión de valores y de lo políticamente correcto".
Al tomar posesión como 38vo. presidente de la historia de Brasil, el excapitán del Ejército que reivindica la tortura y la dictadura militar garantizó que respetará "los principios del Estado democrático de derecho y la Constitución".
El hombre que promete dar un viraje hacia la extrema derecha, lloró durante toda la ceremonia de asunción al lado de su esposa, Michele, traductora de lenguaje de señas, y del vicepresidente, general retirado Hamilton Mourao.
Como lo había hecho durante la campaña y sus 28 años de parlamentario, Bolsonaro, del Partido Social Liberal y de 63 años, mantuvo su tono anticomunista al hablar ante sus seguidores en el Palacio del Planalto, tras recibir la banda de su antecesor, Michel Temer. "Hoy comenzó Brasil a liberarse del socialismo, del gigantismo estatal y de lo políticamente correcto; las elecciones les dieron voz a personas que no eran escuchadas", dijo Bolsonaro ante la multitud que coreaba "Mito" y "El capitán llegó".
Bolsonaro también le dio un mensaje al derrotado Partido de los Trabajadores (PT) del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso por corrupción: "Nuestra bandera jamás será roja, sólo será roja si es necesario defenderla con nuestra sangre", dijo.
Sin grandes definiciones económicas, Bolsonaro trazó el rumbo que preparó durante la transición con su superministro, el financista Paulo Guedes, que busca aprobar en el Congreso una polémica reforma del sistema jubilatorio y como apuesta máxima crear un sistema de capitalización como el chileno.
Bolsonaro ofreció dos discursos. El primero, en el Congreso, adonde llegó emocionado a bordo de un Rolls Royce de 1952 vivado por sus seguidores en la Explanada de los Ministerios.
En ninguno de los dos nombró al Mercosur, por lo que es el primer presidente que omite al bloque sudamericano desde 1994.
En el ámbito económico, dijo que promoverá "reformas estructurales que serán importantes para la sustentabilidad de las cuentas públicas". El ex capitán agregó que, para sanear las cuentas, su gobierno no gastará más de lo que recauda, pero, aun así, cumplirá todos los contratos.
Bolsonaro afirmó que el ajuste fiscal para sanear las cuentas públicas es necesario para estabilizar la economía e impulsar su crecimiento.
También sostuvo que el sector agropecuario, responsable de la mayoría de las exportaciones brasileñas, tendrá un papel decisivo en su gobierno. Al respecto aclaró que apoyará a los productores rurales pero "en consonancia con la preservación ambiental".
Su gobierno, agregó pondrá fin a "prácticas nefastas" que condujeron a Brasil a la mayor crisis ética, moral y política de su historia", al ratificar su compromiso con el combate a la corrupción, que fue uno de los ejes de su campaña presidencial. Por ello uno de sus ministros estrella es Sérgio Moro, el juez que condenó a Lula en la Operación Lava Jato y que estará a cargo de Justicia y Seguridad.
>> Economía liberal y tradición religiosa
La política económica de Jair Bolsonaro tendrá un tinte claramente liberal y será comandada por Paulo Guedes, un economista formado en la Escuela de Chicago. Guedes propone una ambiciosa apertura al capital extranjero, impopulares ajustes fiscales, una severa reducción del tamaño del Estado y de sus gastos, y privatizaciones en todas las áreas, que incluyen negocios del gigante Petrobras. En el plano social, Bolsonaro que ha tenido un fuerte respaldo de las iglesias evangélicas de Brasil y posturas muy conservadoras sobre temas como aborto, entre otros, dijo tras jurar que en su gobierno se respetarán todas las religiones "pero se mantendrá la tradición judeo-cristiana".
>> Macri lo vio por TV
Mauricio Macri envió un mensaje de salutación al nuevo presidente de Brasil Jair Bolsonaro y confió en que ambos gobiernos "seguirán colaborando para la prosperidad" de los dos países. "Quiero enviarle mis mejores deseos en el día que asume como presidente de Brasil, consideró.