El Gobierno de Escocia bajó ayer el telón a uno de los capítulos más sangrientos del terrorismo internacional al dejar en libertad por motivos humanitarios al terrorista libio Abdel Baset Al Megrahi condenado por el atentado contra un avión de Pan Am en Lockerbie, que mató a 270 personas en 1988.

El ministro de Justicia escocés, Kerry MacAskill, anticipó que Al Megrahi ex agente secreto de Libia, de 57 años y al que le quedan sólo tres meses de vida a causa del cáncer de próstata en fase terminal, volvería ayer mismo a Trípoli.

MacAskill subrayó que adoptó esta decisión basándose única y exclusivamente en el criterio de los médicos y en el sistema judicial escocés, y no en la solicitud de excarcelación presentada por Libia en virtud de un acuerdo firmado con el Reino Unido sobre la transferencia de prisioneros en noviembre de 2008 y ratificado en abril pasado.

La declaración del ministro escocés estuvo salpicada de fuertes críticas al Gobierno británico, al que acusó de haber negociado el citado pacto sin tener en cuenta la opinión de Edimburgo y de no haberle informado de los términos del acuerdo sobre este caso al que llegó el Reino Unido con EEUU antes de que comenzara el juicio en 1998.

El presidente de EEUU, Barack Obama, lamentó ayer "profundamente" la decisión tomada por el Ejecutivo escocés de excarcelar al único condenado por el atentado de Lockerbie.

Antes, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, ya había exhortado públicamente a las autoridades escocesas a mantener a Al Megrahi en prisión.

"La Justicia le llegará ahora de un poder más alto que nadie ni ninguna jurisdicción puede revocar… Va a morir", sentenció MacAskill, quien agregó que, pese a que el terrorista "no mostró ninguna compasión por sus víctimas", esa "no es razón suficiente" para negarle misericordia a él y a su familia.

Al Megrahi es el único condenado por la explosión ocurrida en diciembre de 1988 de un Boeing 747 que se dirigía a EEUU cuando sobrevolaba la localidad escocesa de Lockerbie, atentado en el que murieron los 259 ocupantes del aparato, 189 de ellos estadounidenses, y 11 vecinos de esa localidad escocesa (ver recuadro).

Aproximadamente una hora después del anuncio de la liberación del terrorista libio, un aparato de la compañía Afriqiyah aterrizaba en Glasgow para recoger a Al Megrahi, quien ha cumplido sólo ocho años del mínimo de veintisiete que implicaba su condena.

En el aeropuerto de Glasgow, el ciudadano libio subió al avión por su propio pie, ayudado de unas muletas.

La decisión adoptada por el Gobierno escocés ha sorprendido al Reino Unido, dada la gravedad del atentado y la excepcionalidad de la medida.

La prensa británica especuló, en los últimos días sobre una posible vinculación entre la excarcelación del terrorista y los intereses petroleros del Reino Unido en Libia.

Tres importantes empresas británicas -BP, Shell y BG- han firmado acuerdos para desarrollar proyectos en Libia relacionados con la explotación de gas y petróleo en la región durante los últimos años.

El príncipe Andrés, duque de York, ha realizado cuatro visitas a Libia en los últimos dos años para entrevistarse con el líder libio, Muamar el Gaddafi, y su hijo.

El ministro británico de Empresa, Peter Mandelson, también coincidió con el vástago del dirigente libio durante sus vacaciones de este verano en la isla griega de Corfú.