El presidente de Haití, Jovenel Moise, fue asesinado y su esposa herida ayer en un ataque con armas de fuego en su residencia privada, lo que llevó a la empobrecida y afectada nación caribeña a un renovado estado de incertidumbre política.

El primer ministro interino, Claude Joseph, declaró el "estado de sitio" y dijo que ahora estaba a cargo del país, instó a mantener la calma e insistió en que la Policía y el Ejército garantizarían el orden público.

"El presidente fue asesinado en su casa por extranjeros que hablaban inglés y español", informó el primer ministro sobre el asalto.

Moise ha gobernado por decreto Haití, el país más pobre del continente americano, después de que las elecciones legislativas previstas para 2018 se retrasaran.

El presidente se enfrentó a una fuerte oposición por parte de sectores de la sociedad que consideraban su mandato ilegítimo. En los últimos cuatro años el país tuvo siete primeros ministros. Estaba previsto que Joseph fuera sustituido esta semana tras tres meses en el cargo.

El asesinato se produjo dos meses antes de las elecciones presidenciales y legislativas convocadas para el próximo 26 de septiembre, unos comicios en los que Moise no podía ser candidato.

Moise había convocado para la misma fecha un referéndum para aprobar una nueva Constitución, después de haber sido aplazado dos veces debido a la pandemia de coronavirus. La reforma constitucional, destinada a reforzar el Poder Ejecutivo, ha sido rechazada mayoritariamente por la oposición y muchas organizaciones de la sociedad civil.