El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro británico, David Cameron, principales impulsores de la intervención de la OTAN en Libia, sellaron ayer en Trípoli en una repentina visita su compromiso a seguir apoyando a la máxima autoridad rebelde libia.
En la primera visita de un jefe de Gobierno o de Estado a Libia, con estrictas medidas de seguridad y rodeada de un ambiente de manifiesta euforia, ambos líderes recibieron también las alabanzas de los dirigentes políticos del Consejo Nacional Transitorio (CNT) por su implicación en el conflicto armado libio.
