El expresidente peruano Alan García murió ayer en Lima, horas después de pegarse un tiro en la cabeza cuando iba a ser detenido por la Policía en el contexto de la causa judicial en la que se investigaba si recibió sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.
Alan Gabriel Ludwig García Pérez, de 69 años, se disparó en su dormitorio poco después de las 6, cuando seis policías encabezados por el fiscal Henry Amenábar llegaron a su residencia del barrio Miraflores para cumplir la orden del juez Juan Carlos Sánchez Balbuena de detenerlo preventivamente por 10 días y allanar la casa.
El exmandatario dijo al fiscal y a los uniformados que llamaría a su abogado desde su habitación, y segundos más tarde se escuchó un disparo, afirmó a la prensa el ministro del Interior, Carlos Morán.
Trasladado al hospital Casimiro Ulloa, fue sometido a una intervención quirúrgica que se interrumpió tres veces para reanimarlo tras sufrir sendos paros cardíacos, informó la ministra de Salud, Zulema Torres, y falleció a las 10.05, según un comunicado del centro asistencial.
El Ministerio Público investigaba si García cometió los delitos de lavado de activos, tráfico de influencia y colusión, debido a sospechas de que recibió sobornos de Odebrecht para adjudicarle la construcción de una línea del Metro de Lima.
Por el mismo caso fueron detenidos ayer el exministro de Transporte Enrique Cornejo, el exsecretario general de la Presidencia Luis Nava y el empresario Miguel Atala.
García, que nunca había sido detenido, es el primer expresidente peruano que se suicidó. En 1992, García se radicó en Colombia, país que le concedió asilo político luego de que la dictadura de Alberto Fujimori lo procesara por varios cargos de corrupción.