Un poderoso terremoto de 8,2 grados sacudió este viernes el sur de México, dejando al menos 61 muertos, en lo que fue calificado como el mayor sismo registrado en los últimos cien años en el país.
El estado de Oaxaca, en el sur, fue uno de los más afectados. El gobernador de esa entidad, Alejandro Murat, dijo a la televisión local que se registraron 25 personas fallecidas de forma preliminar, 17 de ellas tan solo en la localidad de Juchitán, en el sureste del estado.
En Juchitán "hay casas colapsadas con gente al interior de las mismas", dijo Luis Felipe, coordinador general de protección civil federal, a la cadena Televisa.
El vecino estado de Chiapas, en cuya costa fue el epicentro, reportó siete muertos. Además, hay dos menores fallecidos en Tabasco, también en el sur, y las autoridades advierten que este número puede aumentar en las próximas horas.
El terremoto es el "mayor registrado en el país en los últimos 100 años", dijo el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, en un mensaje televisivo momentos después del movimiento telúrico.
El sismo ocurrió a las 23:49 locales del jueves (01:49 en Argentina) cerca de la localidad de Tonalá (Chiapas), a unos 100 km de la costa, a una profundidad de 19 km y desató una alerta de tsunami para los estados de la porción central y sur de la costa del Pacífico mexicano. Pero ésta fue levantada poco después.
El pánico se apoderó, de norte a sur, de gran parte de los 120 millones de habitantes del país. Muchos salieron a las calles en pijamas, cargando a sus hijos o a sus mascotas.
De momento, en los estados del centro del país y en Ciudad de México, una megalópolis con 20 millones de habitantes, no se registraron mayores daños materiales ni se reportaron víctimas.
Las autoridades alertaron sobre una posible réplica superior a 7 en las próximas horas.
México está amenazado además por el huracán Katia, de categoría 1, que avanza este viernes por el Golfo de México hacia el estado de Veracruz, en una terrible semana en la que otros dos ciclones, Irma y José, también cruzan el mar Caribe con una estela de muertos y graves daños materiales.
El temblor hizo revivir a muchos la pesadilla del sismo de 8,1 grados del 19 de septiembre de 1985 que devastó la ciudad y dejo unos 10.000 muertos.
"Otro más no, Dios, por favor no", rezaba de rodillas una mujer de unos 60 años.
En las calles del centro de la ciudad se escucharon gritos al ver cómo algunos vidrios se reventaban durante el sismo.
"Iba manejando cuando empezó a temblar, ¡se meneaba el coche!", contó Cristian Rodríguez, un conductor de Uber de 28 años que circulaba por el norte de la ciudad.
El temblor también sacudió a la mayor parte de Guatemala, donde no se reportan hasta ahora víctimas o daños. La prensa local guatemalteca informó de cortes de electricidad en algunos poblados del oeste, fronterizo con México.
México se ubica entre cinco placas tectónicas, cuyos movimientos convierten al país en uno de los que registra mayor actividad sísmica en el mundo.
Tras el sismo de 1985, se endurecieron las reglamentaciones en materia de construcción y los planes de protección civil.